Los fabricantes de autopartes agremiados en Acolfa le insistirán al Gobierno nacional que excluya al sector automotor del país del TLC con Corea, por cuanto pondría en riesgo 20.000 puestos de trabajo que generan 50 empresas nacionales ensambladoras y autopartistas.
Según los empresarios, en una reunión que se llevará a cabo en Washington desde el próximo primero de febrero, le dirán al Ejecutivo que hay razones contundentes para suprimir a esta industria del acuerdo comercial, que puede ser útil en algunos frentes, pero muy perjudicial en otros.
Precisan que la fabricación de un automóvil involucra toda una cadena de desarrollo y tecnología que abarca sectores como acero, aluminio, cobre, plásticos, cauchos, cerámica, vidrio, químicos, textiles, eléctricos y electrónica, entre otros.
Precisaron que tal y como están las cosas, los vehículos no bajarán de precio porque el mayor descuento será atesorado por los intermediarios, que harán la fiesta de la importación generándole un detrimento a las firmas que le han apostado al desarrollo, al empleo y al progreso del país.
El presidente de Acolfa Camilo Llinás Angulo le dijo a EL NUEVO SIGLO que si hay un descenso en los precios de los coches coreanos, este se daría en un periodo de diez años, pero con un traslado mínimo a los compradores.
La medida afectaría igualmente a los importadores directos de automóviles como Ford, Toyota y otras marcas con presencia en el país.
“Corea inició hace dos años como maquilador de la industria automotriz y como ensamblador de vehículos; hoy es una potencia que goza del subsidio estatal, las ayudas y hasta del dumping laboral con Corea del Norte que, los hace pecadores dentro del mercado mundial, así como competidor desleal”, declaró Llinás.
El vocero de Acolfa aclaró que bajo ninguna circunstancia se opone al TLC con Corea porque ese acuerdo es sinónimo de inversión y crecimiento, que sólo defiende a un sector que estaría en la cuerda floja como consecuencia de no identificar los perjuicios económicos y sociales a que conllevará dicha negociación.
“El TLC debe sumar y jalonar progreso, más no arrasar. Tampoco puede ser un convenio para dos firmas comercializadoras y con posición de dominio en el mercado colombiano”, sostuvo Llinás.
El gremio de las autopartes aclaró que con el ingreso de carros coreanos bajaría la demanda de los autos ensamblados en Colombia o de los importados de manera directa por las casas productoras, obligando a prescindir de personal en las plantas nacionales.
“Hay que hacer claridad sobre quiénes serán los beneficiados y quiénes los perjudicados con el acuerdo, pero la verdad son más los afectados, asunto que obliga a pensar en el beneficio general y no en el particular. Eso le diremos al jefe negociador del TLC con Corea Javier Gamboa y a su homólogo coreano, ya que acabar con la industria automotriz sería uno de los delitos más grandes”, concluyó el presidente de Acolfa.
La industria automotriz representa 5,3 por ciento del PIB y emplea cerca de 2,5 por ciento de la población colombiana. Actualmente Colombia es el cuarto productor de automóviles en América Latina.
Para el cierre de 2011, Colombia habría producido, según Acolfa, unos 250 mil vehículos, cifra superior a la de 2010, cuando el sector fabricó 126 mil. Corea es el quinto productor mundial de carros, después de China, Japón, Estados Unidos y Alemania, con más de 4.2 millones de vehículos anuales.
En el mundo se producen algo más de 76.9 millones de automotores.