El empleo en EEUU comenzó el año con buenos datos a pesar de una ligera alza de la tasa de desempleo, y confirma el vigor de la reactivación económica en el país.
El informe sobre el empleo publicado este viernes por el Departamento de Trabajo debería aportar algo de tranquilidad a la administración de Barack Obama, aunque no sean todas estadísticas positivas.
La tasa de desempleo subió 0,1 punto porcentual en un mes, a 5,7%, tras caer en diciembre a su nivel más bajo en casi seis años, según datos oficiales.
En un mes, el número de desempleados en EEUU volvió a subir 3,3% a unos 9 millones de personas, un guarismo que implica que el descenso constante de los últimos meses se detuvo.
Sin embargo, la creación de empleos, que se calcula a partir de datos de empresas, mostraron un gran dinamismo y auguran un buen futuro económico al país.
En enero la economía de EEUU creó 257.000 puestos de trabajo, muy por encima de los 235.000 esperados por los analistas.
Las autoridades revisaron considerablemente al alza la creación de empleos de los últimos dos meses, que se estabilizó en 329.000 para diciembre y 423.000 para noviembre, en ambos casos con 70.000 empleos más que en las estimaciones iniciales.
La media de los últimos tres meses es muy alta: 336.000 nuevos empleos creados mensualmente en la mayor economía mundial. La cifra supera netamente la media de 2014 que fue no obstante muy buena para EEUU en este rubro.
"Las empresas en EEUU están en un frenesí de compras y comienzan a pagar más", destacó Sal Gutieri, analista de BMO Capital Markets.
Los salarios parecen en este contexto subir un poco.
La remuneración media por hora creció 0,5% en enero a 24,75 USD. En 12 meses el avance fue de 2,2%, muy por encima de la inflación, que fue de apenas 0,7% en diciembre.
El poder de compra de los hogares debería por lo tanto beneficiarse. La confianza de los consumidores está en niveles récord, según los estudios más recientes.
La Reserva Federal estadounidense (banco central) decidirá en los próximos meses si la economía está lo suficientemente fuerte como para poder subir sus tasas de interés, cercanos a cero desde fines de 2008.
Este movimiento es esperado por los mercados que temen que se acabe la era del "dinero barato" que llevó a Wall Street a récords históricos.
Hasta ahora, la Fed ha señalado que considera dos factores en prioridad: la recuperación del mercado de trabajo y una inflación anual en torno a 2,0%.