El vicepresidente Angelino Garzón cumplió con su promesa de no quedarse callado.
Aprovechando un conversatorio con estudiantes de colegios de la Policía Nacional, Garzón le recomendó al presidente Juan Manuel Santos que el aumento del salario mínimo sea concertado y no producto de una decisión unilateral del Gobierno Nacional.
Pero, tras asumir que esta es su “postura pública” y su consejo a Santos, fue más allá, aspirando a que ese incremento “esté por encima de la inflación causada. Yo no creo que la economía de un país se consolida con salarios precarios”.
La propuesta coincidió con una similar expresada por el presidente de la Cámara de Representantes, Simón Gaviria, del Partido Liberal, para quien el aumento del salario mínimo no solo debe reflejar la inflación causada sino también los índices de crecimiento económico.
Para Gaviria, ya es hora de que los colombianos del común se beneficien de los avances en materia de paz, pero ante todo del crecimiento económico, pues a lo largo de varios años han hecho un esfuerzo muy grande que no se ha reflejado en sus ingresos mensuales.
“Llevamos muchos años de austeridad, donde los colombianos han tenido salarios bajos, y es hora que tengan dividendos de ese crecimiento. El salario mínimo del año entrante debe ir más allá del índice de inflación y estar más o menos acorde con el crecimiento económico”, sostuvo.
Pero los empresarios tampoco se quedaron callados y expresaron que es muy prematuro hablar de reajuste salarial, cuando faltan tres meses para que concluya el año: “Es un poco prematuro anticiparnos a los hechos de una situación que todavía está transcurriendo y no tenemos una postura objetiva para decir si se debe o no se debe hacer”, declaró el vicepresidente del Consejo Nacional Gremial y Presidente de la Sociedad de Agricultores de Colombia (SAC), Rafael Mejía.
El dirigente recordó que la ley prevé tres variables como son la inflación causada, la inflación proyectada y dos puntos de productividad, y esto no se puede cambiar.