Aunque la desaceleración de la economía ha hecho que el crédito de consumo disminuya su crecimiento, el uso de herramientas financieras para el seguimiento de los préstamos está ayudando a las autoridades a mantener un nivel aceptable de las obligaciones, según el gerente del Banco de la República José Darío Uribe.
Uribe reconoció que el incremento en el estudio de préstamos no fue fácil para la Superintendencia Financiera, pero dijo a la agencia de publicación internacional, investigación y consultoría Oxford Business Group (OBG) que confía en que el actual nivel de deuda de los consumidores será manejable.
“Esperamos que el crecimiento nominal en el crédito de consumo sea mayor que el registrado en el PIB”, dijo.
Las herramientas clave que según Uribe prueban su eficacia en el control del préstamo, incluyen una medida para reducir el punto desencadenante en el cual los bancos podrían tomar acción con respecto al impago de préstamos a 90 días.
Las instituciones financieras también están obligadas ahora a añadir nuevas disposiciones a la cartera de préstamos al consumo y a establecer nuevas técnicas para la valoración de las garantías.
“Adicionalmente, la futura implementación de los requisitos de capital de Basilea III mejorará aún más la capacidad de absorción de pérdidas de los bancos”, explicó el directivo.
En junio de este año, la cartera bruta del sistema alcanzó 226.9 billones de pesos, registrando un incremento anual de 17.9%, menor al 18.3% de mayo. La composición de la cartera se mantuvo prácticamente inalterada: 61.6% comercial, 28.2% consumo, 7.4% vivienda y 2.8% microcréditos.
En el mismo periodo, la cartera vencida registró el mayor crecimiento anual en 35 meses con 22.4%, al alcanzar 6.55 billones. De acuerdo a la firma Correval, desde mayo se observa cómo esta tasa de crecimiento en cartera vencida supera la tasa de crecimiento de la cartera bruta, situación que debe ser monitoreada, pues cuando en el pasado se ha presentado durante períodos relativamente prolongados (2006 y 1999), se ha traducido en un deterioro importante de la calidad de la cartera y del desempeño financiero.
La modalidad que sigue liderando el crecimiento anual de la cartera vencida es la de consumo con 36.1%, seguida por microcrédito con un 19.9%, segmentos que a su vez han sido los que más se han provisionado en los últimos 12 meses; en junio, sus incrementos anuales en provisiones fueron 31.0% y 24.5%, respectivamente.
Destaca el último informe de la Superfinanciera que el indicador de calidad se ha mantenido estable alrededor de 2.9%. El mayor crecimiento (anual) de la cartera vencida, frente a la cartera bruta, aún no ha generado un deterioro del indicador. Adicionalmente, menciona que los niveles actuales de calidad de cartera continúan siendo considerablemente bajos en términos históricos.
Asimismo, Uribe además afirmó que mientras la legislación sobre asociaciones público privadas (PPP, por sus siglas en inglés) es clave para la creación de las condiciones de inversión institucional en el desarrollo de infraestructura, los bancos domésticos probablemente solo sentirán su impacto en el largo plazo.
“La ley establece las normas para la participación, mientras que otras regulaciones especifican los detalles operacionales”, dijo Uribe.
“En esta fase inicial, la legislación tendrá poco impacto en los bancos locales, en la medida en que éstos están concentrados en otros proyectos. No obstante, en tanto que el sector privado llegue a ser más transparente será inevitable incrementar la calidad del proyecto, dado que las inversiones en total serán mayores.”