Un policía murió y otros cinco resultaron lesionados en el mexicano estado de Michoacán (oeste) al ser emboscados por un comando armado en el municipio de Churintzio, donde el martes fueron arrestados ocho policías locales por presuntos nexos con el crimen, informó este miércoles una fuente oficial.
Los pistoleros sorprendieron al convoy de policías estatales en la parte más estrecha de un camino que interconecta a los poblados de Torrecillas y Changuitiro, en el municipio de Churintzio, y "tras el intercambio de balazos el saldo fue de un muerto y cinco heridos, todos policías", informó Magdalena Guzmán, portavoz de la fiscalía del convulso Michoacán.
Los agresores lograron huir y actualmente están siendo rastreados por cientos de integrantes del ejército y la policía estatal, añadió la funcionaria.
El martes, ocho de los quince efectivos que forman la policía municipal de Churintzio fueron detenidos por presuntamente mantener vínculos con criminales y brindarles información de operativos federales. Sin embargo, este miércoles ya fueron liberados tres de ellos.
El viernes pasado, el Congreso local de Michoacán eligió a un académico sin filiación política como nuevo gobernador estatal, luego que su antecesor, Fausto Vallejo, pidió separarse definitivamente del cargo por motivos de salud.
Días antes, diversos medios difundieron un video en el que aparentemente aparece el hijo de Vallejo en una fiesta con Servando Gómez, alias "La Tuta", líder del cártel Los Caballeros Templarios, una organización criminal que por años mantuvo asolada a la región a punta de secuestros, extorsiones y asesinatos.
Por su parte, Jesús Reyna, quien fue el segundo en el gobierno de Vallejo, se encuentra encarcelado acusado de vínculos con el capo Servando Gómez.
La violencia generada por los Templarios se agravó tras el surgimiento, el año pasado, de milicias de autodefensa que se alzaron en armas argumentando la inacción de las autoridades locales.
Así, el gobierno federal desplegó miles de militares y policías a Michoacán que lograron el arresto o abatimiento de casi todos los líderes Templarios (excepto Servando Gómez), y enroló a miembros de las autodefensas en la policía rural.
Pese a estos avances, una situación de tensa inestabilidad prevalece en este estado clave para el trasiego de droga hacia Estados Unidos.