Varios ataques, incluidos coches bomba, provocaron al menos 22 muertos y varios heridos, este lunes en Irak, añadiéndose a una serie de atentados contra cafés, en particular, en este año, informaron fuentes policiales y médicas.
El más mortífero lo provocó precisamente un coche bomba, que causó 11 muertos por la mañana en las inmediaciones de un café al norte de Bagdad. La explosión tuvo lugar en la ciudad de Buhruz, al sur de Baquba, hirió también a 22 personas, según las mismas fuentes.
Otro vehículo cargado de explosivos estalló cerca de una comisaría de policía en Tarmiyah, al norte de Bagdad, matando a tres agentes e hiriendo a otros nueve.
En la capital, una bomba colocada junto a una ruta provocó la muerte de dos milicianos anti Al Qaida, y otros dos individuos armados con fusiles asesinaron al propietario de una tienda.
Al sur de Bagdad, otro ingenio explosivo puesto al costado de una carretera mató a dos personas en las cercanías de un mercado de la región de Besmaya, y una explosión en Madain se cobró la vida de un soldado.
En el norte del país, un taxista falleció a causa de una bomba colocada en plena calle en Tuz Jurmatu, mientras que un grupo de hombres armados asesinó a un policía en la vecina ciudad de Mossul.
Esta serie de ataques tuvo lugar al día siguiente de otra a lo largo y ancho de todo el país, en la que sólo en la capital se produjeron 14 explosiones, las que provocaron 39 muertos.
Más de 6.300 personas han muerto por la violencia desde comienzos de año en ataques, entre otros, a decenas de cafés, mercados y mezquitas, según un balance de la AFP.
Se trata de la peor ola de violencia registrada en Irak desde 2008, a pesar del fortalecimiento de las medidas de seguridad y de numerosas operaciones contra los rebeldes.
Las autoridades responsabilizan de los ataques a militantes vinculados a Al Qaida, fortalecidos por la guerra en la vecina Siria.
Sin embargo, analistas y diplomáticos señalan que el gobierno no ha hecho lo suficiente para solucionar los problemas internos, lo que alimenta la violencia.
La última ola de disturbios comenzó después de la irrupción en abril de fuerzas de seguridad en un campamento de protesta de árabes sunitas, al norte de Bagdad, lo que provocó decenas de muertos.
La minoría sunita, que se queja de discriminación por parte de la mayoría gobernante chiita, ha llevado a cabo manifestaciones desde hace un año.
El gobierno realizó algunas concesiones para aplacar las demandas de los árabes sunitas, pero sin que la violencia muestre signos de disminuir./AFP