Siendo las gobernaciones y sobre todo las alcaldías las encargadas del control del entorno natural, las propuestas en este asunto deben ser conocidas por la ciudadanía
Por Álvaro Sánchez *
Especial para EL NUEVO SIGLO
Hace algunos meses, durante el debate presidencial, escribí algunas líneas sobre la importancia del medio ambiente en el ámbito nacional. Hoy en la recta de las elecciones regionales quisiera hacer algunas otras observaciones al respecto y quizá agregar algunos aspectos particulares.
Si partimos de la base de que el análisis del tema ambiental no es el análisis de un sector de la economía o del desarrollo, sino que es más bien un pilar de apoyo constituido en forma transversal a cada uno de los sectores de la economía, se debería pensar en desarrollar estrategias que permitan al país sacar frutos del importante tercer puesto que ocupa en la mega-biodiversidad mundial, tema en el cual cada una de las regiones tiene una singular importancia.
De lo contrario veremos cómo vamos bajando en este escalafón sin obtener nada a cambio y terminaremos por perder las posibilidades de llegar a ser potencia, como debiera de ser, en este tema. Lo más grave es que dejaríamos escapar tal vez la mayor de las riquezas de nuestro país, uno de nuestros mayores patrimonios.
Tres factores
Para el desarrollo del tema a nivel regional, se deberían tener en cuenta tres factores o tareas fundamentales, a saber:
· Los TLC y el ambiente.
· El biocomercio.
· El aprovechamiento de áreas estratégicas.
Los TLC. Se hace necesario dar la mano a la industria nacional mediante el fortalecimiento sistemático del sector productivo frente a las exigencias de los TLC firmados por Colombia. Se debe tener en cuenta que nuestro país ingresó a dichos tratados comprometiéndose, de forma explícita, a cumplir su propia normatividad ambiental, lo cual, siendo como es, una norma plana (igual para todos los firmantes), deja en franca desventaja a la industria nacional, debido principalmente a la profusa normatividad que sobre el tema ambiental tiene el país y a la cultura del desconocimiento que existe sobre el tema y la gran variedad de normas que al respecto existen.
El país entonces debe fomentar, de una parte, el conocimiento masivo de la normatividad aplicable a temas ambientales y, de otro lado, impulsar el control estatal del cumplimiento de las mismas, lo cual evidentemente no ha ocurrido hasta hoy. De esta manera se hará honor a los importantes y grandes compromisos internacionales que el país ha adquirido en virtud de dichos tratados.
El asunto no es fácil de tratar: un industrial medio en Colombia está cobijado por más de 1.000 normas, leyes, decretos y, en general, elementos de carácter legal sobre temas ambientales. Gran parte del control de su cumplimiento depende de las alcaldías y de las gobernaciones, como autoridades ambientales que son, según el ordenamiento jurídico nacional.
El Biocomercio. Fomentarlo no es una opción sino una obligación. Siendo Colombia un país megadiverso, que es considerado por la Organización de Naciones Unidas como el tercer país del planeta en este campo, no es posible entender cómo, de acuerdo con la dirección de mercados verdes del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Territorial, solo participó en 2013 de 0,03% del comercio de productos saludables y sustentables.
Por su parte la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (Unctad, por sus siglas en inglés), señala que el mercado de productos y servicios provenientes de los recursos renovables será en 2015 de US$ 950 mil millones, la producción mundial de productos farmacéuticos naturales de US$1.000 millones y el ecoturismo generará más de US$ 260.000 millones. Frente a estos números Colombia solamente deberá llegar a 27 millones de dólares, es decir el 0,0027%., reduciendo su participación del 2014 que fue del 0,00285%
Áreas Estratégicas.Comenzando por reconocernos como un país megadiverso y aprovechando la nueva reglamentación del Sistema de Áreas Nacionales y Regionales Protegidas, se hace necesario impulsar la dimensión real de dichas áreas desde el punto de vista de sus áreas propiamente dichas y desde el punto de vista de su dimensión estratégica. De manera tal que se puedan recategorizar las que puedan y deban ser recategorizadas, y se adecue el mapa concentrándonos en la efectiva conservación de áreas estratégicas. Ello contando con los recursos, tanto humanos como técnicos y financieros apropiados, que garanticen que esas áreas, muy probablemente menores que las declaradas en la actualidad, correspondan realmente con las zonas que se requiere proteger y que estén protegidas efectivamente. Esta labor depende en gran medida de la labor que desarrollen los mandatarios locales, pues ellos, en últimas, son los que conocen las fortalezas y debilidades de sus regiones.
Es inadmisible que existan unas áreas de reserva forestal, que en la actualidad no significan nada y cubren cerca de la mitad del territorio nacional. Se deberían delimitar algunas áreas que son realmente sensibles como reserva y decretarlas de manera verdadera, dotando a la autoridad de todas las herramientas que permitan defenderlas adecuadamente. Para estos fines el apoyo en las tecnologías de la información puede jugar un papel importante: mejor información es mayor protección y vigilancia de nuestros ecosistemas y nuestros recursos naturales, los cuales no podemos dejar acabar, ni tan siquiera deteriorar. En este aspecto es fundamental lo que se incluya en los Planes de Desarrollo y en la revisión de los POT.
Algunas consideraciones
En unos años, cuando no tengamos las riquezas naturales que aún nos abundan, no nos va a servir de mucho saber quién fue el culpable y cuánto pago de multa por su irresponsabilidad. El día que no tengamos la megabiodiversidad de hoy por hoy, nuestra bonanza desaparecerá y no podremos recuperarla de ninguna manera. Lo que realmente se requiere es tener un adecuado manejo preventivo que impida el deterioro de las condiciones actuales de nuestro país y, dada la inoperancia de algunas de las CAR’s, el tema pasa por las administraciones municipales.
Sería muy interesante, dado que el ambiente es uno de nuestros principales patrimonios, conocer planteamientos al respecto de parte de los candidatos a las gobernaciones y alcaldías, en la misma forma en que ocurrió en la campaña presidencial. Hoy en medio del debate hay absoluto silencio sobre el tema y de cuando en cuando se dicen algunas generalidades, pero todos los ciudadanos, de manera responsable, deberíamos saber qué piensan los candidatos sobre un tema tan sensible y hacer pesar ese pensamiento en nuestra decisión de voto. No en vano estamos eligiendo entre la bonanza y el caos.
* alsanchez2006@yahoo.es@alvaro080255