Elecciones: ¿qué tanto afectará a la economía? | El Nuevo Siglo
Domingo, 11 de Agosto de 2013

Ya son varios los personajes que han madrugado en su campaña política para las elecciones parlamentarias y presidenciales del próximo año y en sus intervenciones están calentando anticipadamente el ambiente.

Este hecho hace temer que al acercarse los comicios la disputa entre los candidatos afecte el rumbo de la economía. Sin embargo, hay opiniones divididas sobre este hecho que puede frenar el crecimiento del Producto Interno Bruto en los próximos trimestres.

Para dilucidar un poco el panorama que se avecina, EL NUEVO SIGLO consultó con diferentes sectores para mostrar las diferentes miradas de un mismo objetivo.

Precisamente, el presidente de la Federación Nacional de Comerciantes (Fenalco), Guillermo Botero, dijo que es muy anticipado dar una opinión al respecto, porque ha habido algunas elecciones que no tienen ningún impacto económico.

Sostuvo, sin embargo, que “en algunos momentos puede tener un impacto, pero en condiciones normales no lo hay. Pero del otro lado no se puede vender licor, hay ley seca, se caen los restaurantes, la gente no está interesada en salir y se refugia en su casa”.

Dice que eso tiene tanto de largo como de ancho. Consideró que cada elección es diferente a la anterior y entender el tema “sería como coger una bola de cristal que no es capaz de definirse”.

A pesar de ello, Botero dice que las últimas elecciones para Congreso de la República “fueron bastante tranquilas, todo el mundo sabía a qué le estábamos apuntando entre primera y segunda vuelta, pero no tuvo mayor impacto”.

Indicó que hay sectores que se deprimen mucho como “los sitios que retienen gente así como restaurantes, hoteles, etc.”.

Particularidades

En ese mismo sentido se mostró el director Económico de Fenalco, Rafael España, quien trajo a colación datos curiosos como que en las ciudades de la Costa Caribe, “al día siguiente de elecciones las ventas en los supermercados se disparan”.

Aduce que al parecer los candidatos entregan bonos de mercado para obtener el voto “y por eso les va bien a los supermercados, pero no es un fenómeno nacional sino solo de la Costa”.

De otro lado, enfatizó en que no existe evidencia para Colombia que un año electoral sea mejor o peor en materia económica.

“En algunos años de comicios, el desempeño de la economía ha sido extraordinario, por ejemplo 1974 fue muy bueno para la economía con un crecimiento del 7% aproximadamente”.

1978 tuvo un comportamiento similar y es hasta el momento el año de mayor crecimiento de la historia reciente del país, “ya que registró  un 8.5% y nunca antes volvimos a obtener esos indicadores”.

Por ello se podría decir que el año electoral refleja buenos resultados para la economía “y debe ser porque se dispara el gasto en todo, pero ha habido años electorales muy malos”.

Justamente, uno de los ejemplos que más se cita es el de 1982, cuando la economía se desplomó y concluyó que el comportamiento económico colombiano depende más de lo que pase afuera.

“En 1998 la economía estuvo muy floja y 2002 fue de lo más bajito en la historia. Entonces, no hay relación tan directa, es muy errática”.

En lo que respecta a los últimos comicios, comentó que 2010 venía de una crisis económica profunda “que en 2009 hizo que el crecimiento fuera escasamente por encima de 0%. En 2010 hubo una recuperación de la economía, pero no existe una evidencia que uno pueda relacionarla con el cambio del gobierno o elecciones”.

Además, sostuvo que hay diferentes teorías de politólogos que muestran que un gobernante al comenzar su periodo es muy austero.

Agregó que “hacer reformas estructurales dolorosas, ajustes porque tiene el respaldo de un pueblo que lo acaba de elegir, pero ya cuando el sol le llega a las espaldas se vuelve mucho más laxo en materia económica, menos drástico en materia fiscal y lo que hace es disparar el gasto antes de que lleguen las elecciones”.

En otros países sí parece haber una relación directa, dijo, pero aquí parece no haber eso.

Incluso se diría que hay sectores que disminuirán su crecimiento pues “con el paso de los años el tema de la impresión del voto ya no existirá y el consumo de papelerías se ha disminuido, no se puede decir que el sector de papelería tenga su agosto porque ya hay voto electrónico”.

Visión política

Para el senador del Partido Verde, Jhon Sudarsky, la polarización no afecta la economía del país ya que “lo que afecta es que la gente deja de prestarle atención a la economía por prestarle atención a la política”.

En sus palabras, el crecimiento económico cada año en que se presentan elecciones es evidente. “La polarización no afecta la inversión pues por ahora no se ve una victoria de la izquierda que aterre al capital”.

Incluso dijo que si por ejemplo aumenta la participación del ex presidente Álvaro Uribe, “él no va a ir en contra de la inversión extranjera, todo lo contrario. Los temas no van a girar alrededor de la economía en los programas sino mucho más a la política misma, y proceso de paz”.

Lo que pasa, afirmó, es que el Gobierno tiene mucho que mostrar, “puede dar un parte de victoria recibió con un déficit fiscal y entrega con un superávit por primera vez en mucho tiempo”.

De otro lado, para Sudarsky, “los paros siempre se politizan porque siempre hay quien quiera intentar capitalizar políticamente. Por ejemplo, en el tema del café la realidad internacional es una pero otra es a nivel nacional. El Gobierno puede paliar ese tema pero no lo puede resolver”.

Al ser preguntado sobre afectaciones internacionales como lo que pasa en Estados Unidos cuando llegan las campañas, indicó que “lo que pasa es que en EU el distanciamiento de las políticas económicas entre republicanos y demócratas son mucho más claras, la decisión económica es mucho más política”.

En cambio, en Colombia “las decisiones económicas son relativamente de consenso, así haya controversia, pero a nadie se le ocurre gastar más. En Colombia hemos logrado que esas controversias políticas se rijan menos en materia económica”.

Se refirió a la ley de garantías al decir que cuando el presidente es candidato, hay especificaciones “para garantizar que no utiliza el poder de ser presidente a su favor se suspende la inversión. Eso le pega muy duro a la economía porque se restringe, pero eso no depende de la campaña, sino para proteger la democracia”.

Afectaciones evidentes

Para el representante David Borguil, “indiscutiblemente un proceso electoral sí tiene afectación, y más el que se avecina tiene una clara incidencia sobre la economía, se mueven expectativas alrededor de quiénes saldrán elegidos, de la línea mayoritaria en el Congreso, si el presidente se reelige o no”.

En cuanto a las críticas a algunos programas del Gobierno Nacional y los cambios que podrían tener si llega un Presidente de diferente corte político, explicó que “eso no significa un solo programa del Gobierno, eso es independiente de quién es elegido presidente de la República pues, por su puesto, habrá una línea de desarrollo que orientará hacia dónde van las inversiones”.

Enfatizó en que uno de los impactos de la época de comicios es que “semiparaliza toda la inversión pública por un tema legal y por la ley de garantías. En una campaña presidencial que es mucho más rigurosa suspende en gran medida el accionar en el nacional y entidades territoriales”.

Añadió que “en un país con tanta pobreza la inversión pública es el principal motor para dinamizar la economía y los impactos es que los reflectores están en quiénes son los candidatos, y el tema económico pasa a un segundo plano”.

 

Debilidad institucional

Para el Director del Área Entorno Económico de INALDE Business School de la Universidad de la Sabana, Jhon Naranjo, para analizar el impacto de la polarización política en la economía, se deben tener en cuenta dos panoramas e ir más allá.

Tal como están las cosas “hay dos grandes ideas de lo que puede ser el desarrollo y eso tiene que ver con las instituciones”.

Aseguró que deben volverse más fuertes y de mayor calidad pues “para desarrollar cualquier de las dos posibles escuelas de pensamiento que existen, se ve definido por la campaña presidencial”.

En su opinión, si a dichas dos escuelas de pensamiento “se le adiciona que la mayoría de colombianos no saben qué es de fondo la negociación de la paz. Uno se pregunta si el país tiene claro para dónde va”.

Cree que este tipo de situaciones “no son noticias buenas para ninguna economía, independientemente de lo que se puede llamar derecha, centro o izquierda. Va a costar mucho que las instituciones se fortalezcan”.

Sus comentarios hacen referencia a que si se trata de un inversionista que ve al país como opción de crecimiento “y las reglas de juego no están claras, pues pone en riesgo la inversión porque no sabe qué va a pasar”.

“Ya sabemos que las instituciones con las que contamos son de baja calidad y la cantidad de interrogantes en el futuro es enorme pues no le da optimismo al consumidor”.

De otro lado, en lo que refiere a la polarización de los paros, “no es una buena noticia, pues cualquier día que no se trabaje es una pérdida para los bienes y servicios. Va a tener un efecto marginal de lo que es la economía”.