La elección del brasileño Roberto Azevedo como próximo director de la Organización Mundial del Comercio (OMC) se enmarca en el objetivo de "un orden económico mundial más justo", se congratuló el martes la presidenta Dilma Rousseff.
La presidenta brasileña recordó que el mundo todavía "sufre los efectos" de la crisis de 2008 y llamó a la OMC a "dar un nuevo, equilibrado y vigoroso impulso al comercio mundial, fundamental para que la economía global entre en un nuevo período de crecimiento y justicia social".
"Al presentar su candidatura, Brasil tuvo claro que, por su experiencia y compromiso, Azevedo podría conducir a la Organización en la dirección de un ordenamiento económico mundial más dinámico y justo. Este mensaje fue entendido por la gran mayoría", que lo eligió, dijo Rousseff en una nota oficial divulgada por la Presidencia.
Por primera vez un latinoamericano liderará la OMC. Será también la primera vez que un representante de un país emergente o en desarrollo ejercerá un mandato completo del organismo con sede en Ginebra.
Azevedo, cuya elección fue anunciada en Ginebra el martes y debe ser oficializada el miércoles por la OMC, se impuso al mexicano Herminio Blanco.
"América Latina se ha posicionado como una región sólida con crecimiento sostenido y con amplias perspectivas", destacó el gobierno mexicano en una nota oficial reconociendo la victoria del brasileño.
Rousseff aseguró que "esta no fue una victoria de Brasil, ni de un grupo de países, sino de la OMC".
Para el canciller brasileño, Antonio Patriota, la elección de Azevedo "refleja un orden internacional en transformación en el que países emergentes demuestran capacidad de liderazgo".
"El prestigio que Brasil acumula en la OMC viene de algunos años", dijo Patriota en una rueda de prensa en Brasilia, en la que recordó el papel de liderazgo que su país asumió en la OMC bajo la presidencia de Luiz Inacio Lula da Silva (2003-2010) y el entonces canciller Celso Amorim.
Brasil e India lideraron el entonces llamado G20 (que no es el actual que aglutina a naciones emergentes y ricas), que unía a los países en desarrollo en defensa de sus intereses frente a Estados Unidos y Europa.
"Mucho comenzó con Amorim y el surgimiento del G20 en la OMC, una organización que estaba muy dominada por la Unión Europea, Estados Unidos y Japón, y pasó a incorporar de manera más eficaz a los países emergentes", afirmó el canciller.
Patriota destacó que Azevedo ganó apoyo "de todas las regiones del mundo". Aunque el resultado exacto de la votación no fue divulgado, la cancillería indicó que Azevedo se proclamó victorioso por un margen amplio.
Fuentes diplomáticas en Ginebra que dieron a conocer el resultado de la votación, dijeron en cambio que la elección fue "cerrada".
Patriota destacó que uno de los grandes retos del nuevo director de la OMC, que asumirá en agosto, consistirá en reactivar las negociaciones de la Ronda de Doha para la liberalización del comercio mundial, abiertas en 2001 y estancadas desde hace años por profundas diferencias entre los países desarrollados y en desarrollo.
"Tenemos que encontrar una solución para la Ronda, es prioritario. Mientras la Ronda no encuentre su camino, todas las otras funciones están paralizadas", dijo Azevedo este fin de semana en entrevista a la AFP.
La Confederación Nacional de la Industria brasileña pidió a Azevedo que "rescate la relevancia del principal organismo de administración del comercio internacional".
Azevedo, de 55 años, ha sido representante de Brasil ante la OMC desde 2008, una organización de la que conoce sus entresijos y donde ganó una reputación de negociador.
También lideró los contenciosos históricos ganados por Brasil contra los subsidios al algodón en Estados Unidos y contra los subsidios a la exportación de azúcar de la Unión Europea.
Dirigirá la OMC
El brasileño Roberto Azevedo será el próximo director de la Organización Mundial de Comercio (OMC), informaron fuentes diplomáticas en Ginebra.
Azevedo se impuso al cabo de una elección "muy cerrada" al mexicano Herminio Blanco, el otro finalista de un proceso de elección que ha durado cuatro meses y tres rondas eliminatorias en las que quedaron fuera ocho candidatos.
El brasileño es el primer sudamericano que dirigirá, a partir del 1 de septiembre, la OMC, a cuyo frente ha estado en los últimos ocho años -dos mandatos consecutivos- el francés Pascal Lamy.
El anuncio oficial de su elección se hará mañana.
Con 55 años, Azevedo es el representante permanente de Brasil ante la OMC desde 2008, donde se ha ganado una reputación de hábil negociador y forjador de consensos, señalan algunos de sus colegas.
Este ingeniero diplomado por la Universidad de Brasilia, que después se convirtió en diplomático, ha logrado como jefe de la delegación brasileña ante la OMC sonadas victorias en contenciosos claves ganados por Brasil. Entre ellos, el de los subsidios al algodón contra Estados Unidos y los subsidios a la exportación de azúcar contra la Unión Europea.
También ha participado en casi todas las conferencias ministeriales desde el lanzamiento de la Ronda de Doha, en 2001, para la liberalización del comercio mundial.
Este será precisamente uno de los grandes retos del nuevo jefe de la OMC: reactivar estas negociaciones, en punto muerto desde hace años.
"Tenemos que encontrar una solución para la Ronda, es prioritario. Mientras la Ronda no encuentre su camino, todas las demás funciones están paralizadas" en la OMC, afirmó Azevedo en una entrevista a la AFP el pasado fin de semana.
"El riesgo que corre la OMC es que, si no se negocia, no actualiza las reglas, y entonces va creciendo un desfase entre las reglas y el mundo actual de los negocios. Ahí corremos el riesgo de que la organización vaya perdiendo relevancia y que las negociaciones emigren a otros foros", explicó.
Y es que ante las resistencias de países emergentes, entre ellos Brasil, India e China, a abrir sus mercados en sectores como la industria o los servicios, y los países industrializados a seguir reduciendo subvenciones o ayudas a las exportaciones, en particular en el sector agrícola, las negociaciones han encallado.
Ante la dificultad de un acuerdo global, los países prefieren ahora acuerdos de libre comercio regionales, como los que ha empezado a negociar o pretende hacerlo la Unión Europea con Japón o Estados Unidos, y éste con una decena de países ribereños del Pacífico en la Asociación Transpacífica (TPP).
"Tenemos que poner las negociaciones sobre la mesa con la cabeza abierta, con soluciones más creativas. Creo que estamos en condiciones de negociar con un poco más de flexibilidad, identificar lo que es posible", recordó este bahiano casado y con dos hijas.
Pero otro pilar fundamental de la OMC es su tribunal para la solución de conflictos, uno de los principales instrumentos para que las prácticas comerciales se ajusten a las reglas.
Esta es la primera vez que un representante de los países en desarrollo dirige un mandato completo a la OMC, cuya sede está en Ginebra.
En 1999, la OMC decidió excepcionalmente, debido al desacuerdo de los estados miembros, dividir el mandato en dos años, entre el representante de Nueva Zelanda y el de Tailandia.
El máximo representante de la OMC se elige por consenso, pero según diplomáticos en Ginebra, los países de la Unión Europea, que representan un bloque de 28 votos (UE+Croacia) estaban en un principio divididos.
Los países del sur, como España, Portugal e Italia, se habrían pronunciado por el brasileño, y otro grupo liderado por Gran Bretaña, por el mexicano.
Al final, tanto la UE como bloque, como Estados Unidos, habrían dado su apoyo al mexicano.
"No se confundan, las competencias cuentan pero la elección es ideológica", comentó a la AFP un embajador que pidió el anonimato.