LOS seis puntos de ventaja que logran los conservadores sobre su tradicional rival político para las elecciones en Reino Unido (los laboristas) que reseñó ayer la encuesta de ICM para The Guardian se convirtieron en un armónico preludio para que el premier y aspirante a la reelección, David Cameron, develara el manifiesto electoral de su partido, el “tory”.
A escasos 23 días de la cita en las urnas (7 de mayo) se rompe la tendencia de intención de voto, que señalaba desde meses atrás un empate técnico entre conservadores y laboristas, además de un inesperado ascenso de los nacionalistas escoceses y los liberaldemócratas.
Según el sondeo publicado por The Guardian, el partido conservador de Cameron logra un 39% de intención de voto –tres puntos más que el realizado el mes pasado-, mientras que los laboristas liderados por Ed Miliban alcaza un 33% de respaldo, cediendo dos puntos respecto a la medición anterior.
En esta encuesta en la que los “tories” logran el mejor resultado desde agosto del 2010, se encasilla en tercer lugar los liberal demócratas del viceprimer ministro, Nick Clegg, con un 8% de los sufragios, un punto por encima del eurófobo Partido de la Independencia del Reino Unido (UKIP) y del Partido Verde, con un respaldo del 7%, mientras el partido populista de Nigel Farage se desinfla perdiendo dos puntos.
Cameron llega a la recta final de la hasta ahora reñida campaña electoral con un alto índice de popularidad, ya que el sondeo señala que un 52% de los indagados avala su gestión y considera que está “haciendo un buen trabajo”.
A la pregunta "¿cree usted que sería un buen primer ministro?". El 58% de los encuestados dicen que "sí" a Cameron, frente a un 30% que da su confianza a Miliband.
Paso al…centro
La divulgación del sondeo no sólo avivó el optimismo conservador, sino que sirvió de marco para la presentación del manifiesto electoral de Cameron, el que refleja un viraje hacia el centro y revive el sueño de la ex dama de hierro, Margaret Thatcher: el derecho a comprar vivienda.
Exención de impuesto para los salarios mínimos, facilidades y descuentos para poder adquirir casa, guarderías gratuitas y nuevos programas sociales, entre otras propuestas contempla el manifiesto conservador, que el propio Cameron resumió en una sola frase: “el retorno a la buena vida”.
Así, el joven premier al recordar que el tory es el “partido de la gente trabajadora” prometió en su discurso pronunciado en una escuela de Swindon una extensión del "derecho a compra" de propiedades vigente en la década de 1980 bajo el gobierno de Thatcher y otros planes para impulsar un estado de bienestar familiar.
"Podemos volver a un periodo de buenas noticias para la economía y al retorno de la buena vida para ustedes y para sus familias. Gran Bretaña puede volver a ser el país pionero, que rompe marcas y donde se pueden hacer cosas", afirmó Cameron, en el gobierno desde 2010.
Los conservadores responsabilizan a los laboristas de dejar las arcas fiscales con un déficit de 90.000 millones de libras esterlinas (124.000 millones de euros, 130.000 millones de dólares) tras sus 13 años en Downing Street.
Sin embargo, ninguno de los dos partidos parece capaz de imponerse en las elecciones del 7 de mayo, por lo que es probable que haya un nuevo gobierno de coalición o incluso de minoría.
"Los conservadores han soñado durante generación con la construcción de una democracia de compradores, y hoy puedo decirles que esta generación de conservadores lo va a hacer", prometió Cameron, que se comprometió con repetir un programa que fue un emblema del gobierno de Thatcher.
Según la propuesta, los arrendatarios de viviendas sociales podrían acceder a la compra de las propiedades con descuentos de hasta 100.000 libras. Este plan podría beneficiar a cerca de 1.3 millones de familias.
Sin embargo, sus críticos afirman que el programa de Thatcher está en el origen de los altos precios actuales en el mercado habitacional, aunque Cameron asegura que no se repetirá este fenómeno ya que cada propiedad que salga del mercado va a ser reemplazada por una nueva vivienda en el mercado.
Cameron también enfrentó las acusaciones de que su partido solo beneficia a los ricos y anunció un plan de exención de impuestos para los empleados que trabajen menos de 30 horas a la semana y para las personas que ganen el sueldo mínimo, actualmente fijado en 6,5 libras por hora.
El lunes, los laboristas prometieron una reglamentación estricta para los contratos de "cero horas" (que no especifican ninguna duración ni remuneración para el trabajador) y una subida del salario mínimo hasta las ocho libras.
Sin embargo, los adversarios políticos de Cameron critican el plan, ya que afirman que los conservadores no han explicado cómo van a financiar estos programas.
Danny Alexander, del partido demoliberal, acusó a los conservadores de mantener en secreto "grandes programas de recortes y lanzar promesas sin fundamentos".
Sin embargo, líderes conservadores sostienen que la mejor carta de presentación es la gestión de gobierno, la que sin duda ha priorizado la política doméstica frente a la exterior.
El manifiesto “tory” presentado ayer propugna por una hoja de ruta basada en dos premisas: seguridad económica y “retorno a la buena vida”.
Las cartas están sobre la mesa y los británicos están a tres semanas de elegir su Parlamento, en el que se vaticina ninguno de los partidos tradicionales (conservadores y laboristas) lograrán la mayoría absoluta, por lo cual el tercero en votación entrará en la contienda para formar el nuevo gobierno./EL NUEVO SIGLO con AFP