El tratado Esguerra-Bárcenas | El Nuevo Siglo
Lunes, 16 de Julio de 2012

El expresidente Samper sale en defensa de su asesora de relaciones exteriores María Ángela Holguín en favor de una solución salomónica al diferendo que planteó y llevó al Tribual de La Haya el gobierno de Nicaragua.

Olvida el exmandatario que antes del tratado Esguerra-Bárcenas, el territorio de Colombia comprendía la costa Mosquitia, sus islas e islotes, y en consecuencia, si el fallo de la Corte Internacional llegara a desconocer el tratado vigente, retrotraería de acuerdo con el UTI Possidetis IURIS, según el cual, la corte de la referida costa pertenecía a Colombia y a su virreinato de Santa Fe y sus territorios insulares, incluyendo el mar territorial  y la plataforma submarina.

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Vigencia. El tratado Esguerra-Bárcenas no puede caerse   a pedacitos sino integralmente porque es un todo, como los Diez Mandamientos revelados a Moisés, y no podría ser interpretado salomónicamente por la señora María Holguín.

Coincidencialmente, la ultima edición de la revista del club El Nogal que preside el exmagistrado Julio Cesar Ortiz publica el mapa que representa la división política del virreinato de Santa Fe, en 1810, en una bella presentación y recuerda la vigencia de la doctrina del UPJ: el derecho se le reconoce a quien ha poseído los bienes y territorios de manera publica, quieta y pacífica a lo largo  del tiempo.

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Consejo ministerial. Los asesores el gobierno que recomendaron la realización de un Consejo de Ministros en Toribío con  los vuelos rasantes de los Súper Tucanos, ignoran el Movimiento Continental Indigenista que comprende la reconstrucción de la Nación Inca que va desde el Alto Perú hasta Cali, reivindicando los territorios de Bolivia, Perú, Ecuador, El Putumayo, Nariño y Cauca, y olvidan la fuerte presencia militar y económica de las Farc hasta el Pacífico.

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Etnias sin desarrollo. El país no ha dado desarrollo a las normas en favor de las etnias indígenas y tampoco ha sabido imponer el orden constitucional y la supremacía del Estado en una Nación  pluriétnica. Cabe recordar que Colombia es una República unitaria, pluriétnica y multicultural.

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Golpecito de Estado. Semana, en la ultima edición, reconoce que el Gobierno actual se dio un golpecito de Estado con ocasión del hundimiento de la pretendida reforma a la Justicia, colocando  irrespetuosamente a la misma altura las motivaciones del decreto convocando a extras al Congreso para hundir el acto legislativo de marras con los históricos acuerdos entre los expresidentes Lleras y Laureano que desembocaron en el plebiscito de diciembre del 57 para restablecer la institucionalidad quebrantada con el golpe militar del 13 de junio de 1953, y en la convocatoria a la Asamblea Constituyente del 91 calificada como tratado de paz.

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Comparaciones. Poner al mismo nivel una acto legislativo reformatorio de la Constitución después de ocho debates, en plenarias y comisiones más cuatro conciliaciones en las que se confabularon entre sí, el Ejecutivo, el Legislativo y las altas Cortes, a la par del acto plebiscitario del 57 suena más a un favor que le quiere hacer el sobrino, santificando a Santos. Mientras la una se cocinó en las intimidades del Club de Ejecutivos, bajo la tutela del gurú Néstor Humberto Martínez, la del 57 y la del 91 se hizo con el pueblo. Se advierte que Semana confunde los golpes de pecho con los golpecitos de Estado.