Los precios del petróleo cayeron con fuerza, deprimidos por una abundante oferta y una demanda modesta, y arrastraron Wall Street, las bolsas europeas y las plazas de Sao Paulo y Buenos Aires, donde se descalabró la brasileña Petrobras.
En Nueva York, el barril de “light sweet crude” (WTI) para entrega en enero perdió 1,90 USD, quedando en 55,91 dólares, su nivel de cierre más bajo desde inicios de mayo de 2009.
El barril de Brent del mar del Norte también para enero cedió por su lado 79 centavos, y terminó en 61,06 dólares en Londres, su nivel más bajo desde julio de 2009.
“Hay mucha especulación que tira al mercado hacia abajo”, destacó Carl Larry, de Frost & Sullivan. “Las preocupaciones estuvieron vinculadas principalmente al rechazo de la OPEP a evaluar cualquier medida para recortar su producción”.
A fines de noviembre, el cártel decidió mantener su producción en 30 millones de barriles diarios.
En otra reunión el domingo, el ministro emiratí de Energía, Suhail al Mazruei, dijo que el cártel podría asumir una caída del precio del barril hasta los 40 dólares, según señalaron los analistas de Commerzbank.
Entre las consecuencias de la caída de precios, el conteo de pozos en EU, realizado por la sociedad de servicios petroleros Baker Hughes, sufrió su mayor caída en años a fines de la semana pasada, con 30 pozos activos menos.
Con su caída, el petróleo causó estragos en muchas de las principales plazas bursátiles del planeta.
En Sao Paulo, la mayor plaza bursátil de América Latina, el índice Bovespa perdió 2,05% al cierre, deprimido por el hundimiento de Petrobras, que sufrió una caída de 9,94% para las acciones ordinarias, a 8,52 reales, y de 9,1% para las preferenciales, cotizadas en 9,18 reales.