La probable llegada del futbolista brasileño Neymar al París Saint-Germain permite a Catar sortear el aislamiento que quieren imponerle sus rivales árabes y aumenta su visibilidad en el mundo, su "poder blando", a través del deporte, consideran varios expertos.
"El fichaje (anunciado) de Neymar al PSG (propiedad de Catar) ha sido gestionado en la cúpula de Catar y ha servido, sobre todo, para desplegar una estrategia de comunicación que oculta a largo plazo el debate sobre cualquier otra cuestión, entre ellas la del apoyo al terrorismo", opina Mathieu Guidère, profesor de geopolítica árabe en París.
"Eso ha permitido desviar la atención y centrarla en un tema consensual, el deporte", añade.
Para Andreas Krieg, analista asociado en el King's College de Londres, el inminente traspaso de Neymar "envía una señal muy fuerte (de Catar) al mundo deportivo" y es un acto de "desafío" hacia Arabia Saudí y su principal rival, los Emiratos Árabes Unidos.
El 5 de junio, Arabia Saudí, los Emiratos Árabes Unidos, Baréin y Egipto rompieron sus relaciones diplomáticas con Catar y le impusieron sanciones económicas tras acusar al pequeño emirato de mantener vínculos con grupos extremistas y no distanciarse bastante de Irán.
Esos cuatro países lanzaron asimismo una campaña diaria para aislar a Doha en el mundo árabe y más allá.
Según Catar, que rechazó todas esas acusaciones, sus adversarios sólo pretenden poner su política extranjera "bajo tutela".
El emirato de 2,6 millones de habitantes, riquísimo gracias a sus reservas de gas, desempeña un papel creciente desde hace dos décadas en varios conflictos y cuestiones espinosas en el mundo árabe.
Y también llevó a cabo una estrategia de influencia a través de gigantescas inversiones internacionales en el sector inmobiliario, la hotelería, la industria, el transporte aéreo, la finanza, los medios de comunicaciones y el deporte.
Los principales símbolos de ese "poder blando" son los canales de televisión Al Jazeera y BeIn Sports, además de la aerolínea Qatar Airways que fue el patrocinador en la camiseta del Fútbol Club Barcelona hasta el año pasado.
Catar continúa también los preparativos para organizar la Copa del Mundo de fútbol en 2022, a pesar de las numerosas polémicas surgidas desde su designación como país organizador.
En su único discurso desde el inicio de la crisis del Golfo, el emir de Catar, el jeque Tamim ben Hamad al Thani, insistió el 21 de julio en la necesidad de desarrollar las fuentes "de poder blando" de Catar a nivel internacional.
'A cualquier precio'
La llegada anunciada de Neymar al PSG es, sin duda, un "golpe de comunicación" para Catar en un momento complicado para el emirato, consideran varios expertos.
"De momento, los adversarios de Catar están paralizados frente a esa estrategia de rodeo porque ninguno de ellos posee un modo de comunicación tan potente en el ámbito del deporte internacional", explica Guidère.
"Hace días que nadie habla de la imagen negativa, sólo se habla del traspaso de Neymar. En Occidente, la idea del deporte supera lo demás. Está claro que el deporte permite acabar con el aislamiento político de Catar".
Según Krieg, Catar "debe demostrarle al mundo que es fuerte" y que, a pesar de las acusaciones, es "el país más resistente de Oriente Medio".
"Tiene la economía y la situación financiera más estables", al contrario de sus rivales árabes, con una condición: "no tiene que haber ninguna perturbación de las exportaciones de GNL (gas natural licuado)", del que es el primer exportador mundial, dice el experto.
Para él, el fichaje de Neymar muestra al mundo que Catar tiene medios ilimitados para promover sus intereses. "Querían a ese jugador y usaron el dinero para comprarlo a cualquier precio", asegura.
Si Neymar oficializa su llegada al PSG, el importe de la cláusula de rescisión impuesta por el Barça se eleva a 222 millones de euros, un nuevo récord en materia de traspasos.
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