El Papa Francisco siempre cautiva con su cercanía a la gente. Su carisma provoca entusiasmo y consolida la fe de los fieles y hace volver al redil a quienes tratan de alejarse. Cada que habla impacta por su lenguaje ameno, claro y fácil de asimilar y entender.
Este fin de semana tuvo encuentro en la Plaza de San Pedro con unas 25.000 parejas de enamorados, con propósitos de casarse, invitadas en ocasión del Día de San Valentín. Como en todo evento en el que participa el máximo jerarca de la Iglesia Católica, las demostraciones de aprecio hacia su persona fueron masivas. La noticia del acto se difundió y acudieron parejas de todas las edades, incluso algunas con muchos años de matrimonio, que llenaron la plaza.
El Papa recalcó que hay quienes temen tomar decisiones duraderas, para toda la vida, que parecen imposibles, ‘pero se puede hacer’, dijo, y dejar lo que llamó cultura de lo descartable. El Papa Francisco improvisó para dirigirse a las parejas, que no debían temer a dificultades. ‘La familia perfecta no existe. Ni el marido perfecto, la mujer perfecta no existe’. Luego sorprendió con frase que provocó risas en la multitud: “Ni hablemos de la suegra perfecta”.