El Papa abre la puerta a las mujeres diácono | El Nuevo Siglo
Jueves, 12 de Mayo de 2016

El papa Francisco anunció que creará una comisión para que estudie la posibilidad de autorizar a las mujeres ser diáconos y administrar algunos sacramentos, como bautismo y matrimonios.

El anuncio del papa fue hecho en un encuentro en el Aula Paulo VI del Vaticano ante 900 líderes de congregaciones religiosas femeninas de todo el mundo.

 

Se trata de una propuesta innovadora, que la Iglesia ha abordado en el pasado sin dar el paso, por lo que hasta ahora los sacramentos pueden ser administrados sólo por religiosos hombres.

 

El papa argentino, que en varias ocasiones se ha pronunciado a favor de otorgar un mayor papel a la mujer en la Iglesia, respondía así a seis preguntas hechas por las religiosas.

"¿Por qué no constituir una comisión oficial para estudiar la cuestión?", le preguntó una de las asistentes.

"Creo que sí.. Sería bueno, para hacer que la Iglesia aclare ese punto. Estoy de acuerdo, voy a hablar para hacer algo como esto. Acepto, me parece útil tener una comisión para aclarar", dijo, según refiere la agencia católica en español Religión Digital.

 

Interrogado sobre el tema, el portavoz del Vaticano, padre Federico Lombardi, no quiso confirmar la noticia hasta que consulte directamente al pontífice.

 

En la Iglesia, los diáconos pueden pronunciar el sermón durante la misa y oficiar bautizos, bodas y funerales. En cambio, los curas son los únicos que pueden celebrar la eucaristía o confesar a los fieles.

El diaconato se consideró durante mucho tiempo como una etapa hacia el sacerdocio, pero el concilio Vaticano II restableció el diaconato permanente, accesible a hombres casados, que asisten a los curas o los sustituyen en algunas ceremonias.

Un obispo canadiense, Paul-André Durocher, propuso durante el sínodo de la familia celebrado en octubre pasado en el Vaticano que las mujeres puedan ser diáconos, abriendo el debate y generando aplausos entre los asistentes.

 

Francisco ha expresado varias veces su voluntad de remediar la flagrante desigualdad entre hombres y mujeres en el seno de la Iglesia, aunque ha tomado pocas medidas concretas al respecto.

El pontífice argentino descartó que las mujeres puedan ser curas, explicando que sus predecesores, en particular Juan Pablo II, ya habían examinado atentamente esa propuesta antes de rechazarla.