El libro de Antonio Pardo. Esta es una buena noticia para las generaciones presentes y futuras del periodismo colombiano: la aparición del libro Una apuesta por el periodismo, del maestro Antonio Pardo García, gran formador de reporteros que profesionalizó, dignificó, modernizó e hizo grande en la radio de Colombia el oficio que apasionó y catapultó a los premios Nobel Gabriel García Márquez, Ernest Hemingway y Albert Camus.
Pardo es uno de los pocos colombianos que se han movido con fluidez y dinamismo en el periodismo y la producción radial.
El cerebro de este paisa parece un motor de cinco mil caballos de fuerza. Sus orejas son dos poderosos e insomnes satélites que albergan un insondable nicho de ondas corta, media y larga. Su nariz es un mariscal arrodillado (y sin gabardina) que clama por su batallón de talentos ultimado por los tenientes de un micrófono y oficina.
Las dos lumbreras del comandante Pardo -como lo llamamos sus discípulos- siguen oteando en busca de la radio perdida.
Historia. El libro es pura fibra radial viva, en absoluto teorizante. Las dos o tres citas que trae son muy breves y precisas. En ningún momento pierde el hilo que toma desde el principio: fallas, descuidos, errores y equivocaciones elementales. Desnuda con total propiedad, como sólo él puede hacerlo, el desmonte paulatino que se ha hecho del talento en radio y televisión y la falta de preocupación por la capacitación.
Tiene una visión muy clara del destino de Internet en relación con los medios electrónicos convencionales y se pregunta qué sigue, siempre con respuestas de considerada probabilidad.
Cátedra. Los ejemplos informativos de su paso por Diario de Colombia, el cotidiano del mariscal Gilberto Alzate Avendaño; La República, el matutino del presidente Mariano Ospina Pérez; la cadena Caracol, el cabo Cañaveral al que lo llevó para su lanzamiento hertziano don Fernando Londoño; el circuito Todelar, en el que formó tripleta admirable con los finados Alberto Giraldo López y Gabriel Cuartas Franco, y la cadena RCN, su último peldaño para acceder a la pensión. Podrían verse fácilmente como colofón de la obra, aunque van más allá: se trata de una deliciosa refrendación -generosa en anécdotas- de su visión sobre la problemática planteada y las soluciones periodísticas profesionales en cada caso. Insistimos: ¡qué anecdotario tan monumental!
Dominio del medio. El cuerpo del libro, la descripción de los hechos es tan aprehensiva que fácilmente se visualizan nombres y escenarios. Francamente, la obra de Pardo es la auténtica expresión de un hombre que domina la cultura del medio, que se formó en el barro, a puro pulso, y se inició en su natal Medellín, al lado del inolvidable Humberto de Castro, en la extinta emisora Ecos de la Montaña.
La obra es un aporte trascendental que servirá como carta de navegación a los reporteros de hoy, mañana y siempre para saber con precisión en qué punto estamos y hacia dónde vamos.
Queda claro que la radio de hace más de veinte años contó con más imaginación que la de ahora, desde el punto de vista de la producción y que aprovechaba más el talento.
La opinión de un Leopardo. El erudito Silvio Villegas, el Leopardo, uno de los admiradores de este arquetipo de la reportería, escribió el 17 de noviembre de 1964, en el prólogo de un libro sobre la historia de Cinco reporteros y el personaje de la semana:
“Antonio Pardo es un periodista de carrera, de los que buscan las noticias con pasión y con emoción. Su orgullo profesional se cifra no solo en anticiparse a sus colegas, sino en acumular informaciones y en presentarlas lo más sintéticamente posible”. (Texto de Orlando Cadavid con el que se abre Una apuesta por el periodismo, de Antonio Pardo).