Kosovo, uno de los puntos de mayor inestabilidad en Europa, elige este domingo a su parlamento nueve años después de haber proclamado su independencia, en un contexto exterior de tensiones con Serbia y de corrupción y desempleo en el ámbito interno.
Según el centro de reflexión esloveno IFIMES, especializado en los Balcanes, estas elecciones --las terceras desde 2008-- "son las más importantes desde la declaración de independencia".
El Kosovo soberano está ahora reconocido por 110 países, pero las tensiones entre Serbia y su antigua provincia albanesa son persistentes, pese al acuerdo de normalización de sus relaciones de 2013.
El acercamiento de Kosovo a la Unión europea (UE) está detenido por el delicado tema de la organización de "municipalidades" donde viven entre 100.000 y 150.000 serbios del Kosovo, aún no resuelto 18 años después de la última guerra de la exYugoslavia (1998-99).
Esa guerra dejó 13.000 muertos, entre ellos 10.000 albaneses, y su huella es profunda: los principales responsables del país son antiguos guerrilleros que lucharon contra las fuerzas de Belgrado, en especial el presidente Hashim Thaçi.
El ex-rebelde Ramush Haradinaj podría convertirse en el próximo primer ministro. Haradinaj es presidente de un partido minoritario pero apoyado por el Partido Democrático de Kosovo (PDK) de Thaçi, en una "alianza de guerreros". Este "duro", considerado un criminal de guerra en Belgrado, critica el diálogo con Serbia, país al que considera como "enemigo".
Pero este asunto, que inquieta en la comunidad internacional, aparece secundario para los 1,8 millones de kosovares, confrontados a una pobreza y un desempleo que afecta a una cuarta parte de la población activa. Y para una juventud que sueña con el éxodo a la UE, el tema de la liberalización de los visados es mucho más importante.
- Un 'Macron kosovar' -
El exministro de Finanzas, Avdullah Hoti, profesor de economía que insiste en su programa proeuropeo, es consciente de estas demandas. En entrevista con la AFP, este responsable de la Liga democrática de Kosovo (LDK) se presenta como "una alternativa al persistente aislamiento de Kosovo" y se compromete a "seguir el diálogo con Serbia".
Llamado el "Macron kosovar", este cuadragenario de centro derecha, con un perfil de tecnócrata muy diplomado, difícilmente podría obtener la mayoría absoluta. Solamente una alianza con el partido Vetëvendosje (Autodétermination) del ex líder estudiantil Albin Kurti, podría abrirle las puertas del poder.
Por otra parte, los tribunales especiales implementados para juzgar los crímenes cometidos por el Ejército de liberacion de Kosovo (UCK), podrían pronunciar antes de fin de año sus primeras imputaciones.
Entre los que pueden verse afectados, figuran el propio Hashim Thaçi o el presidente saliente de la Asamblea, Kadri Veseli, acusado directamente en 2010 por un informe del Consejo de Europa.