Fabio Valencia Cossio inició su carrera política al lado del caudillo Jota Emilio Valderrama, fundador original dentro del Partido Conservador del movimiento “Progresista”, denominación que “reencauchó” en las últimas elecciones el nuevo alcalde de Bogotá Gustavo Petro. El futuro jefe del “Coraje” (hermano menor del finado Rubiel Valencia) comenzó empacando votos en la vieja casona azul de Cúcuta con Juanambú, inmueble que después fue vendido por Humberto Moncada con las firmas avaladoras de Valencia Cossio, Luis Alfredo Ramos y Manuel Ramiro Velásquez y que hoy hace las veces de un cómodo motel en el centro de Medellín, al que no alcanzó a llegar a su inauguración el senador José Darío Salazar.
Las papeletas. En los comienzos del joven Fabio el voluntariado juvenil se consagraba a la preparación de las papeletas para los electores. Faltaban muchos años para la aparición del dispendioso tarjetón. El doctor Fabio, o “mi jefe” como lo llama Juan Gómez Martínez, realizó fulgurante carrera, al pasar de auxiliar en los comicios a candidato a la Cámara de Representantes, en fórmula con Jota Emilio, quien llegaba al Senado con la suplencia del potentado cafetero Ernesto Garcés Soto.
Los primeros debates. En la Cámara, Fabio empezó a figurar adelantando debates como el que le hizo a José Manuel Arias Carrizosa por la venta de un carro que entró al país por la vía diplomática. Otro lo dirigió contra don Germán Montoya y más adelante promovió moción de censura por el escándalo del ‘miti-miti’ contra los entonces ministros Saulo Arboleda y Rodrigo Villamizar.
Progresando. De la Cámara pasó al Senado, consolidándose a la sombra de Juan Gómez Martínez y El Colombiano en una jefatura que le permitió imponer alcalde de Medellín, gobernador de Antioquia y gerente de Empresas Públicas en cabeza de su hermano Ramiro.
En su segunda elección como Senador, con tan apetitosa cuota burocrática, Fabio se catapultó como jefe de la primera fuerza electoral del país, sacando como senadores a los Juanes: Juan Camilo Restrepo, Juan Manuel Ospina y Juan Gabriel Uribe.
El samperismo. Al recalar en el samperismo, hizo nombrar a Juan Gómez Ministro de Obras. Luego apoyó a Juan Camilo en la consulta interna, enfrentándose a Andrés Pastrana. Más adelante, tras respaldar a Samper, se enfrentó a Serpa y a Uribe, a quien cuando era gobernador le hizo, en compañía del senador de la UP Hernán Mota, un debate recordado porque por primera vez alguien osó ligar al futuro presidente Uribe con el paramilitarismo. Fabio Influyó y contribuyó a la elección presidencial de Pastrana.
Días gloriosos. Consolidado el triunfo de Pastrana, Fabio ejerció la presidencia del Senado. La crónica política recuerda dos frases: La del 20 de julio del 98 cuando, ungido presidente del Congreso, dijo: “O cambiamos o nos cambian”. (¡Y los cambiaron!). Y la que pronunció en su posesión el entrante Presidente: “Gracias, Antioquia… gracias Fabio”. (Y nombraron a Ramiro Ministro de Minas).
Mañana jueves ofreceremos la segunda parte de El heredero de Rubiel).