El Gobierno trabaja para cerrar la brecha entre el campo y la ciudad | El Nuevo Siglo
Jueves, 2 de Octubre de 2014

Gabriel Sonny Cubillos

Periodista de EL NUEVO SIGLO

Varios aspectos de los acuerdos sobre desarrollo rural que alcanzaron en La Habana el Gobierno nacional y las Farc en el marco de las negociaciones de paz ya hacen parte de la agenda del Ministerio de Agricultura y muchos están en pleno desarrollo en programas de apoyo a la economía campesina, en acceso a la propiedad de la tierra, en vivienda rural, entre otros.

De igual forma, el programa de restitución de tierras a campesinos arrebatadas por la guerrilla y paramilitares así como por algunos grupos económicos que ‘pescaron en río revuelto’, hacen parte de la ofensiva gubernamental para resarcir el sector agropecuario y mejorar la calidad de vida de los habitantes de las áreas rurales, donde la pobreza es mayor en una proporción de 1 a 3 en comparación con las personas que viven en las ciudades.

En ese sentido, los propósitos que tiene el Ejecutivo sobre desarrollo agropecuario no dependen de que se logre o no un acuerdo final con las Farc, pero el trabajo que se ha adelantado allana el camino para la eventualidad de una etapa de posconflicto.

Sobre el particular el viceministro de Desarrollo Rural del Ministerio de Agricultura, Aníbal Fernández de Soto Camacho indicó que “eso que está consignado en el primer punto de acuerdo en La Habana, lo que tiene que ver con desarrollo agrario integral, es justamente en lo que estamos trabajando en el Ministerio en la provisión de bienes públicos, en apoyo a la economía campesina, en generar soluciones de acceso a la propiedad de la tierra, en generar condiciones de equidad, generar mejores condiciones de educación”.

Añadió que “desde ya estamos trabajando en esa institucionalidad”, trabajando en esos retos; además que destacó que “esta política de restitución no solo es fundamental para el acuerdo para llegar a un escenario de postconflicto y tener un escenario de paz sino que es fundamental para el desarrollo rural integral”. 

Fernández de Soto dijo que la visión de este Gobierno del sector rural trasciende lo agropecuario, “es una visión que se encarga de pensar en el campesino como sujeto de derechos”. En ese sentido indicó que el desarrollo rural integral como lo entienden parte de mejorar la generación de ingresos de los campesinos y los pequeños productores, vías para la comercialización de los productos, educación, generar mejores condiciones de acceso a la salud.

“Necesitamos trabajar para que el acceso a las tecnologías de información y comunicaciones sean útiles y pertinentes para el campesino y para su actividad productiva, necesitamos pensar en el saneamiento y en reducir los costos de energía. Todos estos ejercicios los estamos construyendo conjuntamente, no solo desde el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural sino con las distintas entidades de gobierno que tienen la responsabilidad de emprender acciones en esos asuntos”.

Añadió que también se ha querido  resarcir el derecho a la propiedad y por eso se está adelantando la política de restitución de tierras para devolverlas a los ciudadanos que fueron despojados. “Es un esfuerzo muy importante que hace parte integral de la concepción que tenemos del desarrollo rural integral para el campo colombiano. Es que la restitución de tierras para las víctimas del conflicto es un gran avance del país hacia la construcción de la paz y la seguridad”.

Reforma rural

El exministro de Agricultura, Juan Camilo Restrepo, señaló que los acuerdos agrarios logrados en La Habana exigen más un cambio de mentalidad que de normas y contiene un gigantesco plan de desarrollo rural que el país tendrá que emprender en el postconflicto.

“Todo el ambicioso programa de transformación rural que allí (en el acuerdo) queda dibujado para realizar en un escenario de postconflicto se puede hacer sin cambiarle una coma a la Constitución nacional ni a las normas que tutelan los derechos de los bienes adquiridos de buena fe sobre la tierra en Colombia”.

Sin embargo, Restrepo dijo que este acuerdo sí exigirá un cambio de mentalidad nacional sobre lo que debe ser el futuro agrario dentro de un escenario vigente que más que reinventarlo hay que aplicarlo.

Añadió que “el acuerdo sobre el punto agrario en La Habana en el fondo no pide hacer otra cosa de lo que tendrán que ser los capítulos de un gigantesco plan de desarrollo rural con sus correspondientes cuantificaciones de recursos presupuestales necesarios para ejecutarlo dentro del periodo del postconflicto de 8 o 10 años, por si se quiere establecer los límites temporales al llamado postconflicto, a partir de que se firme un acuerdo de paz con la subversión”.

Añadió que la meta al final de la etapa del postconflicto debería ser alcanzar la convergencia entre lo rural y lo urbano, es decir, “el cerramiento de las múltiples brechas que hoy prevalecen en contra de las condiciones de vida de quienes viven en los ámbitos de la ruralidad”.

Añadió que el eje de lo acordado en La Habana es el compromiso para realizar en Colombia una reforma rural integral durante la etapa del postconflicto, que aclaró, no debe confundirse con una reforma agraria, aunque tiene ese componente, pues se convino en la creación de un fondo de tierras, pero es mucho más que eso, “es un verdadero plan de desarrollo rural multifacético, donde la dotación de tierras para los campesinos no es más que uno de sus ingredientes”.

 

 

Cundinamarca

El gobernador de Cundinamarca, Álvaro Cruz, dijo que el departamento luego de las dificultades que vivió en materia de seguridad por el accionar de la guerrilla y algunas facciones de paramilitares, se puede decir que ya vive la etapa del postconflicto.

“Nosotros ya estamos en el postconflicto, en estos dos años y medio que llevo ya de gobierno, no hemos tenido heridos en combate, no hemos tenido accidentes con minas antipersona, logramos erradicar las últimas hectáreas de coca. Estamos libres de cultivos de coca en Cundinamarca, certificado”.

Añadió que ya el departamento está pensando en dar el siguiente paso al postconflicto, “por eso escogimos a dos municipios piloto para el postconflicto”. Por eso urgió al Gobierno nacional “para que diseñe una política para el sector agropecuario, especialmente en lo que tiene que ver con mejoramiento y construcción de vivienda rural, que es lo que arraiga al campesinado a la tierra”.