El futuro del secretario del Senado | El Nuevo Siglo
Miércoles, 5 de Junio de 2013

El futuro del secretario del Senado. No la tiene fácil el secretario general del Senado de la República,  Gregorio Eljach, con sus nominadores, de cara a su eventual permanencia en el más apetecido cargo de nuestra burocracia legislativa.

Cuando se pasea por los pasillos del Capitolio Nacional se percibe un murmullo que hace eco. A Eljah ya lo tienen  matriculado en la llamada “Escuela de Popayán”, la misma de la antigua “Casa Iragorri”, cuyas cabezas visibles están en el curubito: papá Aurelio, senador, presidente del partido de La U, y Aurelio hijo próximo a debutar como Secretario General de la Presidencia de la República, en sustitución de Juan Mesa Zuleta, trasladado a las oficinas reeleccionistas de Buen Gobierno.

Hombre del riñón santista. El secretario del Senado, que es una rara combinación de genes políticos distribuidos por partes iguales entre La Guajira, Fusagasugá (Cundinamarca) y Popayán, ahora es mirado como un apéndice más del partido de La U (línea Juan Manuel Santos) y un funcionario que depende del cordón umbilical de la Casa de Nariño.

El barquero lo visitó esta semana y le pareció verlo más feliz que una vaca sagrada paseándose cual turista de cuatro patas por las atestadas calles de los mercados de Nueva Delhi.

Verdes como los llanos. La inesperada nominación presidencial del exalcalde bogotano Enrique Peñalosa le suma otra pérdida más a la  expresión del  verde paisaje, convertido en partido político por obra y gracia de las floridas legiones mockusianas.

Se trata del  precioso girasol, que algunos suspicaces suelen llamar “La flor de la traición”,  a la que le cae como anillo al dedo la vieja canción que en sus melancólicas estrofas se duele "porque esa flor ya no retoña, tiene muerto el corazón".

Recordemos que todo empezó con los desencuentros entre los exalcaldes Mockus y Peñalosa, lo que originó el retiro de Antanas del Partido Verde y las permanentes críticas de la congresista Ángela Robledo, desde el otro lado del jardín. A lo anterior es procedente sumar  las posturas ambivalentes del gobernador paisa, Sergio Fajardo, quien da la impresión de amañarse donde no está, para no mencionar al exalcalde Lucho Garzón, que terminó embriagado de poder, poniéndole la nota de buen humor a los tediosos consejos de ministros.

El canto al girasol traidor. Se titula “Giraluna” y es de Sionie:

El girasol traidor es un giraluna

Escuchadme girasoles, habla vuestro Rey

conoceis perfectamente nuestra antigua ley,

por la noche hay que bajar la cabeza, sin hablar.

 

Cortaré el maldito tallo del audaz traidor

que alzó su flor a oscuras antes del albor

Pronto lo descubriré: he citado al comité.

 

El giraluna dormía de día huyendo del Sol.

El giraluna giraba y miraba de frente a la Luna.

El giraluna con pétalos blancos un día escapó.

 

La más alta recompensa, palabra de honor

al que encuentre su semillas negras de impostor.

Una nota nos dejó: acabareis en un jarrón.