El desbalance comercial con China | El Nuevo Siglo
Jueves, 21 de Agosto de 2014

Mientras el mercado chino le vende a Colombia productos por 14.000 millones de dólares, nuestro país apenas le compra 5.000 millones de dólares y lo peor, apenas el 0,1% de las exportaciones colombianas a China es agrícola.

Sin embargo, un sector agropecuario más pujante, con base tecnológica, campesinos más organizados y cadenas de producción bien formadas podría conformar una estrategia idónea de comercialización con el gigante asiático.

Jaime Torres, PhD en Ciencias Políticas de la Universidad Libre de Berlín, afirma que la potencialidad agropecuaria que dice tener Colombia no se ve reflejada en el intercambio comercial con China, el cual se centra en la exportación de materias primas como petróleo crudo.

Mientras las importaciones provenientes de China corresponden al 88 por ciento, las exportaciones colombianas hacia el gigante asiático apenas alcanzan el 40 por ciento, enfatizó Torres, docente de la Universidad Jorge Tadeo Lozano y encargado de ofrecer la conferencia de apertura del segundo semestre de la Cátedra China.

Colombia le compra al gigante asiático bienes industriales como maquinaria, autos y electrodomésticos, aunque también se incluyen textiles y juguetería.  

“Colombia exporta el 40% de lo que nosotros importamos, es decir, la balanza comercial es altamente deficitaria para Colombia”, explicó el profesor Torres, quien añadió que dichas exportaciones corresponden a petróleo crudo, por parte de empresas como Ecopetrol, Pacific Rubiales y Petrobras.

Así las cosas, Colombia exporta materias primas e importa bienes de capital y manufacturas, repitiéndose el patrón que desarrolló en el pasado con países industrializados.

Las firmas que en Colombia han asumido el liderazgo exportador son fundamentalmente empresas mineras subsidiarias de corporaciones trasnacionales.    

Por eso, las evidentes limitaciones que experimenta Colombia para competir con China y las naciones del este de Asia, parecen forzarla a buscar dentro de una integración latinoamericana un mayor espacio que le permita desarrollar ventajas competitivas, ampliar mercados, crear empleos y apoyar sus sectores manufactureros y agroindustriales.

De esta manera, según Torres, la Alianza del Pacífico (integrada por Perú, Chile, México y Colombia) se puede convertir en un paso positivo, en tanto se estimulen las políticas industriales necesarias para el crecimiento productivo y exportador del tejido empresarial colombiano, junto con el de otras naciones vecinas.