De forma lenta y casi imperceptible, se está desarrollando en el país el turismo comunitario que ya beneficia a 3.000 personas y a 1.300 familias desplazadas por la violencia.
Precisamente en el V Encuentro Nacional de Turismo Comunitario y Tercer Encuentro Internacional de Expertos en Turismo Étnico, que se realizó en la Isla de Providencia, la viceministra de Turismo, Sandra Howard Taylor, resaltó que el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo avanza en el fortalecimiento de iniciativas de la actividad.
Howard aseguró que las acciones adelantadas por la cartera, otras entidades gubernamentales y organizaciones solidarias buscan contribuir al mejoramiento de la calidad de vida de las comunidades campesinas, indígenas y afrodescendientes, asentadas desde la Guajira hasta el Amazonas, y asegurar su integración dentro de la cadena productiva del turismo para el disfrute de los beneficios que este sector genera.
“Colombia goza de una diversidad cultural preservada por siglos que nos da la oportunidad de diferenciarnos en el mercado, brindándole al turista escenarios que lo acercan a la biodiversidad única de nuestro país, mezclada con las expresiones vivas de nuestras tradiciones y patrimonio inmaterial”, subrayó.
Según estudios de la OMT dentro de las principales motivaciones de viajes para 2020 estarán las visitas a lugares donde las áreas naturales estén muy bien protegidas y conservadas, la búsqueda de vida sana, un mayor contacto con la naturaleza y el conocimiento de culturas foráneas, aspectos en los cuales Colombia ya ha probado sus fortalezas.
La Viceministra indicó que en 2012 el MinCIT terminó, junto con las distintas organizaciones comunitarias, los lineamientos nacionales para el desarrollo del turismo comunitario en Colombia.
Desde entonces se han impulsado diversas iniciativas comunitarias que han permitido el emprendimiento de algunos proyectos con las comunidades indígenas Yaguas, Ticunas y Cocamas, en el Amazonas; Ingas, del Putumayo; Emberas, del Chocó; comunidades desplazadas retornadas al territorio en Cocorná, Granada, San Carlos, San Rafael, San Luis y San Francisco, en el Oriente Antioqueño; la participación de grupos de mujeres en el Urabá Antioqueño y de mujeres afrocolombianas que habitan el entorno de la Laguna Charco Azul, en el Valle del Cauca.