¿El desarrollismo se tomó a Latinoamérica? | El Nuevo Siglo
Jueves, 9 de Junio de 2016

Pedro Pablo Kuczynski es el virtual presidente de Perú, pese a que el conteo de los votos persiste en el extranjero y algunas regiones perimetrales. Según el portal peruano, Semana Económica, para que Keiko Fujimori sobrepase al candidato del PPK (Peruanos Por el Kambio) tendría que ganar todos los votos en el extranjero, tendencia que no se presenta con el 99.3% de las mesas escrutadas.

Teniendo en cuenta, además, que: "de cada tres votos que faltan procesar, dos corresponden al extranjero. La probabilidad de que los votos locales que faltan procesar por la ONPE tengan un comportamiento diferente al del 99.33% ya procesado es ínfima, y sería entendida como una anomalía estadística", dice Semana Económica.

Así, Kuczynski se convertirá en el sucesor de Ollanta Humala en los próximos días, llegando a la Casa de Pizarro con un paquete de medidas económicas de corte neoliberal y desarrollista. El modelo que propone el virtual presidente de Perú comparte varios elementos en común con el que Mauricio Macri está implementando en Argentina, demostrando que Sur América está virando de gobiernos de izquierda basado en medidas asistencialistas hacia proyectos macro económicos de corte neoliberal y desarrollista.

En la región ya se han visto algunos proyectos de ese corte. Chile, por ejemplo, fue conducido por Sebastián Piñera (2010-2014), bajo la óptica neoliberal y desarrollista. Su perspectiva económica fue abierta a la inversión extranjera, asentada en tratados de libre comercio y con una estrecha relación con organismos internacionales como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM).

Chile, sin embargo, mantiene una solvencia económica notable que no depende del gobierno de turno. Eso, en menor medida, se podría decir de Perú, que en los últimos años ha mantenido un crecimiento fijo, pese a los escándalos de corrupción que rodean a Humala. De Argentina, sin embargo, no se puede decir lo mismo, con una inflación que bordea el 30% y altas cifras de desempleo.

Ante tal panorama, los gobiernos de turno encabezados por Macri y, en unos meses, por  Kuczynski, han adoptado un discurso más asociado al desarrollismo que al neoliberalismo. Decir neoliberalismo parece un antídoto electoral en Sur América, ya que el elector lo asocia inmediatamente con recortes a los derechos sociales y civiles.

Los presidentes, por tanto, fijan su agenda gobiernista en el desarrollismo, tratando de esquivar las críticas de sectores de izquierda. Pero en algunos casos no se sabe muy bien cuál es la diferencia entre las recetas desarrollistas y neoliberales a la hora de implementar y explicar políticas macroeconómicas.

Paralelos

Según sus declaraciones y su amplia experiencia en la banca internacional y en la hacienda pública peruana, Kuczynski implementaría un modelo similar al de Macri, guardando, por supuesto, las condiciones económicas y sociales de cada país.

Ambos tienen un perfil similar, teniendo en cuenta que el virtual presidente peruano tiene un recorrido mucho más amplio a nivel nacional e internacional. Luego de sus estudios en Oxford y Princeton, Kuczynski volvió a Perú para encargarse del Banco Central. Sin embargo, partió al exilio por la dictadura.

En ese tiempo trabajo en el Banco Mundial y volvió a Perú en la década de los ochenta para iniciar los diálogos sobre la deuda con los organismos internacionales. Unos años después el presidente Alejandro Toledo (1994-96) lo nombró ministro de Economía y se dedicó a sellar los acuerdos con el FMI.

El virtual presidente de Perú tendrá que afrontar unos retos distintos a cuando ejerció como ministro de Economía. Fruto de la actual crisis de las materias primas, sus ojos estarán puestos en volver a crecer al 5%. Para ello, tendrá que buscar nuevos socios comerciales en razón de la baja en la demanda de materias primas de China e incrementar la inversión pública y privada.

Otro de los retos del nuevo presidente de Perú es acceder a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).  Kuczynski parece ser un hombre dotado para el diálogo y la negociación, así lo demostró durante su gestión en el gobierno Toledo y en organismo internacional, lo que demuestra que sus esfuerzos para entrar a dicha organización, probablemente, no serán en vano.

Pero Kuczynski no sólo fue elegido por los seguidores del PPK, a su vez un amplio sector de la izquierda le dio su respaldo, tras el espaldarazo de Verónika Mendoza, ex candidata del Frente Amplio (FA), exigiéndole una agenda con un alto contenido social que combata la desigualdad económica, el desabastecimiento de agua y la baja calidad de la educación pública.

Los anteriores retos serán asumidos por Kuczynski con la carga de ser definido como un neoliberal anti-derechos sociales y una férrea oposición fujimorista que, seguramente, no dejará de objetar los resultados electorales del 5 de junio. Los sectores sociales critican la óptica neoliberal cuya respuesta ha sido desarrollismo de parte de algunos mandatarios y, probablemente, por el virtual presidente.

El desarrollismo en Latinoamérica, como se ve, parece una receta que integra una noción neoliberal macroeconómica con una dosis importante de políticas sociales. Algunos cuestionan que el término hoy en día es nebuloso y simplemente busca sopesar las críticas de los sectores sociales.

Macri, por ejemplo, se ha definido como desarrollista y bajo ese rótulo ha iniciado su gobierno. En su gabinete se encuentra, Rogelio Frigeiro,  Ministro de Hacienda, nieto del padre del término en Argentina, Arturo Frondizi, quien gobernó el país en 1958.

Según Frigeiro, Argentina vive unas circunstancias similares a las de 58 con inflación, déficit fiscal y restricción de las importaciones. Con base en esa realidad, Macri ha adoptado un discurso desarrollista negociando con los organismos internacionales la deuda e implementando reajustes salariales.

Kuczynski no parece ajeno a esta realidad. En una declaración a una emisora radial dijo que su primera medida será reajustar los salarios de los peruanos, pero junto a ella vendrán medidas macroeconómicas que, contrario Argentina, no modificarán mucho el curso de los anteriores gobiernos.

Tendrá, sin embargo, que vencer esa distancia con el pueblo y lanzar un diálogo con el fujimorismo que, como el kirchnerismo, estará al pie de cada error de su gobierno en búsqueda de retomar el poder.