Por: Pablo Uribe Ruan
Especial para EL NUEVO SIGLO
Se vienen las semifinales, hoy se encuentran Brasil y Alemania, dos de los grandes del fútbol. Selecciones tan grandes que han jugado 13 de las 16 finales disputadas desde 1954 y que comparten entre los dos ocho copas del mundo. La actualidad dice que se enfrenta un Brasil confundido contra una Alemania equilibrada.
Estas semifinales con pinta de final tienen como protagonistas a grandes selecciones que le deben al fútbol y al espectáculo; Brasil y Argentina hicieron un pacto privilegiando el resultado por encima del fútbol. Resultadistas, sí, todo sea por ganar, por quedarse con la copa, porque detrás de ella hay tantas cosas: política, orgullo, historia. De uno y otro lado existe un discurso escondido del “como sea”, a tal punto que Brasil revoleó el balón los últimos 20 minutos del partido contra Colombia sin piedad con el jogo bonito. Así es, Dilma necesita ser reelegida y Brasil no puede darse el lujo de un segundo “Maracanazo”. Con tantos intereses en el medio, ¡qué van a jugar bonito!
Filipao ha probado en los entrenamientos diferentes alineaciones en Granja Comary: un 4-3-2-1 en el que prevaleció los volantes de primera línea, una alineación que tuvo como referente a Bernard en la conducción o la inclusión de William en el onceno con funciones similares a las del gran ausente, Neymar. No hay que perder de vista el equipo que está al frente y quién conduce a Brasil, pues Scolari es un técnico que focaliza sus equipos en el ejercicio defensivo por encima del ataque. Por eso, no es de extrañarse que hoy mande al campo el primer esquema que intentó en Granja Comary: un equipo que en el medio va a tener tres fieras, Luiz Gustavo, Paulinho y Fernandinho, que intentarán cortar el circuito de juego alemán desde el primer minuto; parecido al partido que planteó contra Colombia.
¿Brasil en su propia casa va a esperar a Alemania? Todo indica que sí y que a Filipao poco le importa el fútbol bien jugado. Brasil va a salir a la cancha a presionar a Alemania, a imponer las marcas individuales, a marcar con agresividad, para confundir a los alemanes y lograr, en alguna pelota quieta o jugada esporádica, un gol que le permita estar arribar en el marcador. Cuesta mucho hablar de Brasil en estos términos tan rudimentarios como faltos de estética, pero la realidad es esa y el fútbol que lo acompaña en este Mundial es el de la fricción, el de los cruces y la pelota quieta.
Alemania, por otra parte, va a salir a jugar a lo que sabe. Como Colombia -en el segundo tiempo- tomará el rol de la verde amarelha de otros tiempos y dominará el juego a través de ese medio campo tan dócil con Lahm, Khedira, Kroos y Schweinsteiger, pues en el equipo existe una identidad en donde prima la elaboración del juego con desmarques y pases entrelíneas, por encima del pelotazo y la verticalidad. Y así, con ese nueve falso, Thomas Müller, ese que rompió el paradigma de lo que debe ser un centro delantero, va a proponer en el frente de ataque mientras Brasil va a esperar.
Cambio de roles, completamente, con una Alemania que parece el Pelé de los 70 -bueno, es inapropiado compararla con la mejor versión de Brasil en la historia- más bien comparable con el campeón del 2002, o un Brasil que tiene un nueve de área portentoso y carente de habilidad - tipo Kaiser alemán, pero que tampoco es comparable con Klinsmann o Rummenigge- y que tiene como máxima estrella a sus defensas centrales del mismo modo que la Alemania del 74 con Beckenbauer.
¿Coincidencias? No, simplemente la reformulación del fútbol a partir de los intereses particulares de cada país en donde en uno prima el resultado y en otro la estética. Quizás la estética siempre esté por encima del resultado pero en este caso, al igual que todo los brasileños, me inclino por el segundo porque quiero que la copa se quede en el continente.
PD: Murió Alfredo Di Stéfano a sus 88 años en Madrid. Sin duda alguna, el mejor jugador que pasó por el fútbol colombiano al vestir la camiseta de Millonarios de 1949 a 1953. No tuve la oportunidad de verlo jugar, pero los que sí la tuvieron dicen que fue mejor que Pelé o Maradona. Murió uno de los mejores jugadores de la historia del fútbol.