El Banco Central Europeo (BCE) mantuvo sin cambios su tasa de referencia, en cero por ciento desde marzo, y se abstuvo de anunciar medidas favorables a Grecia por las que apostaban muchos analistas.
El mantenimiento de las tasas era en cambio ampliamente esperada por los mercados, que preveían que el BCE querría evaluar el impacto de sus medidas de incentivo de la actividad económica y de la inflación antes de alterar su política monetaria.
El consejo de gobernadores del BCE, reunido en Viena, se abstuvo por otro lado de anunciar cualquier iniciativa favorables a los bancos griegos, frustrando expectativas surgidas tras el reciente acuerdo alcanzado entre Atenas y sus acreedores (Unión Europea, BCE y FMI), que permitió proseguir el plan de rescate de Grecia a cambio de reformas.
Las conjeturas se inclinaban por la reactivación del mecanismo, suspendido en 2015, que permitiría a los bancos helenos obtener liquidez en el marco de operaciones regulares de financiación del BCE, mediante la emisión de deuda pública griega.
Los títulos griegos son considerados actualmente como "bonos basura" y no se aceptan como garantías de financiación. Un retorno al mercado aliviaría enormemente al sistema bancario heleno, que para financiarse tiene que recurrir a créditos con intereses elevadísimos.
- ¿Mejora en el frente de la inflación?-
El presidente del BCE, Mario Draghi, dará una rueda de prensa a las 12H30 GMT.
Los mercados aguardan en particular que comunique las previsiones actualizadas de crecimiento e inflación de la zona euro, determinantes en la política monetaria de la institución.
Según Marco Velli, del banco Unicredit, "el BCE probablemente anuncie, por primera vez en mucho tiempo, una revisión al alza de las expectativas de inflación".
Todos los esfuerzos hechos hasta ahora para alejar el espectro de la deflación (una caída de precios, considerada nociva para las inversiones y el consumo) se han revelado vanos, debido entre otras cosas al derrumbe de los precios del petróleo.
Los precios al consumo en la zona euro volvieron a registrar en mayo una caída interanual de 0,1%, después de retroceder 0,2% en abril. Unas cifras preocupantes para el BCE, que considera que la inflación ideal se sitúa en un nivel "cercano pero inferior al 2%".
Pero el horizonte parece despejarse.
Por un lado el crecimiento económico del primer trimestre fue mejor de lo esperado, lo cual provoca generalmente un repunte de las inversiones que arrastran igualmente al alza a los salarios y los precios.
Y el debilitamiento del euro frente al dólar —que permite "importar inflación" a través de productos negociados en dólares— así como el aumento de la cotización del barril de crudo podrían dar empujar también los precios al alza.
Gracias a esos factores, "el consejo del BCE no se verá obligado a tomar grandes decisiones este jueves" para apuntalar la actividad económica, afirma Holger Schmieding, de Berenberg.