El Banco Central Europeo (BCE) mantuvo su principal tasa de interés en su mínimo histórico del 0,75% y dijo estar buscando "nuevos instrumentos" para aumentar el crédito en la zona euro, donde la esperada recuperación de la economía en la segunda mitad de 2013 está "sujeta a riesgos".
"La débil actividad económica se ha extendido en la primera parte del año y se espera una recuperación gradual en la segunda parte, pero sujeta a riesgos negativos", dijo el presidente del BCE, Mario Draghi, en la conferencia de prensa posterior a la reunión mensual de la institución.
En esa reunión el BCE mantuvo en 0,75% su principal tasa de interés, un mínimo histórico que no cambia dese julio de 2012.
Entre los riesgos Draghi habló de "una demanda más débil de lo esperado" o de las insuficientes reformas estructurales en los países de la zona euro.
El BCE dijo estar estudiando "varios instrumentos" para apoyar la economía, y en particular a las pequeñas y medianas empresas (PME). A pesar de los bajos tipos de interés, la concesión de créditos al sector privado sigue a la baja en la zona (-0,9% en febrero en variación anual) .
Draghi aseguró que estaba buscando soluciones en una zona de "360º", es decir por todas partes.
El BCE podría inspirarse en el Banco de Inglaterra, que decidió comprar directamente acciones de las empresas, o del Banco Central japonés, que este jueves adoptó nuevas medidas de flexibilización y aumentar las compras de deuda pública.
Estas nuevas medidas no convencionales tendrían sin embargo que incluir a "otros actores", explicó Draghi, en referencia a los gobiernos y a los bancos centrales.
El presidente del BCE pidió de nuevo a los países de la unión monetaria que sigan con las reformas.
"No podemos sustituir la falta de acción de los gobiernos" en el caso de las PME, ni tampoco suplir "la falta de capital en el sistema bancario".
Draghi repitió en varias ocasiones que la crisis de Chipre y su rescate bancario (que por primera vez obliga a contribuir a los dipositantes de los bancos que se van a rescatar) no tendría consecuencias en la zona euro y aseguró que no es un modelo que se pueda aplicar a otros países.
La prudencia de los comentarios de Draghi hizo caer este jueves el euro, que hacia las 13H15 GMT valía 1,2784 dólares, frente a los 1,2845 dólares del miércoles a las 21H00 GMT.
Decisión esperada
La decisión de mantener la tasa, que sirve de barómetro del coste del crédito en la zona euro, era esperada por los analistas, a pesar de los malos indicadores económicos y de la crisis chipriota.
Según los responsables del BCE, una nueva bajada de los tipos de interés hubiera tenido un efecto limitado para estimular la economía.
"El nivel de la tasa directriz no es el principal problema, sino el hecho de que las tasas de crédito en la periferia [los países en dificultad] no reflejan la política de tasas bajas" que practica el BCE, subrayó Michael Schubert, economista de Commerzbank.
Este problema de "transmisión" de la política monetaria a toda la zona euro, señalado en varias ocasiones por Mario Draghi, se manifiesta con la disminución de créditos en la región.
Otros expertos piensan que el BCE debería comprar directamente acciones de las empresas, como ya hizo el Banco de Inglaterra. Pero sería como "cruzar el Rubicón" en una institución muy ortodoxa, según Carsten Brzeski, un economista de ING.
Para el Bundesbank (el Banco Central Alemán) y los demás partidarios de la ortodoxia monetaria, el BCE debe limitarse a mantener la estabilidad de los precios.