Como un presidencialismo desbordado calificaron varios congresistas la situación de la relación entre el Ejecutivo y el Legislativo en Colombia.
Según el senador Jorge Londoño, del Parido Verde, el Poder Ejecutivo no sólo a nivel nacional, sino departamental y municipal, concentra todas las facultades.
“Eso para todos los procesos de descentralización y de autonomía en ocasiones es un límite, porque la autonomía territorial es nada más, ni nada menos que la repartición de poder”, le comentó Londoño a EL NUEVO SIGLO.
Para Londoño, con este tema de un presidencialismo concentrado es complicado ejercer la autonomía. Dijo además que hay muy poco del Poder Legislativo, porque la mayoría de leyes son de iniciativa gubernamental.
El representante Augusto Posada, del Partido Social de Unidad Nacional (La U) y virtual presidente de la Cámara a partir del 20 de julio, manifestó que lo que se quiere todos los días con reformas como la de la Justicia, es recobrar el balance entre los tres Poderes del Estado, “pero este no es un problema de este Gobierno, sino del sistema político que tiene Colombia”.
Para Posada, lo que se debe hacer todos los días es fortalecer las diferentes Ramas de los Poderes y mirar las diferentes reformas que se le pueden hacer al Estado.
Entre tanto el senador de Cambio Radical Carlos Fernando Mottoa argumenta que desde el punto de vista constitucional, sí se puede decir en efecto que existe una preponderancia de la Rama Ejecutiva sobre la Legislativa, “eso no se puede negar, es indiscutible, no solo por el tema de que el Gobierno tiene iniciativas legislativas, sino que el Presidente es el jefe supremo del Estado”.
Mottoa dijo que él siempre ha tenido claro que vota las leyes que más le convienen al país y por más presión que exista por parte del Gobierno no se puede acompañar las que no correspondan a ese criterio.
El senador Mottoa explicó que es verdad que existe una importancia sobrevalorada del Presidente de la República sobre las demás Ramas del Poder Público.
Por su parte, el representante Germán Navas, del Polo Democrático Alternativo, considera que el problema es que el Congreso se volvió un apéndice del Ejecutivo: “Todos para conseguir algo se tienen que poner de rodillas ante el Presidente”.
“Aquí lo que se vota es por lo que se manda y no por lo que se piensa”, agregó.
Para los congresistas, es un hecho tácito que existe un gran predominio del Poder Ejecutivo y que en muchas ocasiones el Legislativo queda relegado a un segundo plano.
El senador Camilo Sánchez, del Partido Liberal, manifestó que “Colombia tiene un presidencialismo donde el Ejecutivo siempre influye en el Legislativo. Lo que he encontrado es que ahora estamos haciendo gritos de independencia que antes no se daban”.
Sánchez resaltó que lo que sucede es que el senador Londoño es nuevo y no se dio cuenta que en el Gobierno anterior lo que hacía el Ejecutivo era dictar todo desde Palacio, hasta las mismas proposiciones.
El senador de La U Carlos Ferro aclaró que existe un presidencialismo que supera las otras dos Ramas del Poder Público y se observa en su capacidad de decisión y presencia institucional. “Gran parte de las decisiones están sobre su responsabilidad y con un profundo respaldo popular y constitucional”.
Para el analista político y abogado Carlos Eduardo Gechem, el sistema presidencial viene desde la Constitución y se ve reflejado con el funcionamiento del sistema político. Indicó que el presidencialismo obedece a razones históricas y recordó que América, después de la independencia, ha buscado líderes en torno a querer unir la Nación: “En el año 1991 se pretendió equilibrar el poder, pero eso aún no ha sido posible”.
El abogado Andrés Camilo Murcia cree que debería existir más presidencialismo, con la finalidad de disminuir el apetito burocrático del Poder Legislativo. “El paso por el Congreso de todas las propuestas del Ejecutivo hace necesaria la negociación y el tráfico de influencias”.
Pero la investigadora Elisabeth Ungar, directora de Transparencia por Colombia, recalcó que es cierto que existe un sistema presidencial, pero no se puede considerar como fuerte. “En Colombia esta norma no es tan fuerte como en otros países”.
El senador conservador Eduardo Enríquez subrayó que desde la Constitución del 91 la figura presidencial quedó muy fortalecida, porque allí se considera que además de ser Presidente, es Jefe de Estado, suprema autoridad administrativa, Comandante y Jefe de las Fuerzas Armadas y con facultades para nombrar gabinetes ministeriales, embajadores, cónsules y conformar ternas, entre otras.
Camilo Romero, senador del Polo Democrático, dijo que hay un pésimo Legislativo que hace ver con mucho poder al Presidente y aseguró que el problema se soluciona solamente con buen trabajo de los legisladores.
Pero quien mejor definió la situación fue el senador Efraín Cepeda, presidente del Directorio Nacional Conservador: “Más vale un centímetro de Ejecutivo que un kilómetro de Legislativo”.