Egipto solicitó apoyo financiero del Fondo Monetario Internacional para sostener su período de transición, declaró en un comunicado la directora gerente del FMI, Christine Lagarde, al término de una reunión con las autoridades en El Cairo.
"Las autoridades indicaron que Egipto desea que el FMI apoye financieramente su programa económico a fin de ayudar al país a restablecerse", declaró Lagarde, en un comunicado difundido en Washington, en el que agrega que el Fondo "está dispuesto a ayudar" al país.
Según el gobierno egipcio, se solicitó un préstamo de 4.800 millones de dólares al FMI, más elevado que los 3.200 millones contemplados inicialmente.
"Según los términos originales, la suma era de 3.200 millones (pero) hemos hablado de un aumento de hasta 4.800 millones, quizá mas", dijo en la capital egipcia el primer ministro, Hicham Qandil, durante una conferencia de prensa con Lagarde.
Lagarde se encuentra de visita en Egipto para negociar un posible programa de ayuda financiera a ese país.
La llegada de Lagarde se produce en momentos en que el presidente islamista Mohamed Mursi se moviliza para consolidar su poder tras su elección en junio y luego de más de un año de inestabilidad política que impidió al FMI proseguir con las negociaciones sobre un préstamo.
El primer ministro Qandil expresó el deseo de que se firme un acuerdo antes de fin de año, con un tipo de interés de 1,1% y un reembolso en cinco años, con un "período de gracia" de 39 meses.
También dijo que espera que este apoyo financiero, una vez cerrado, tenga un efecto multiplicador y genere la posibilidad para Egipto de obtener fondos suplementarios de otras instituciones financieras internacionales.
Desde la caída de Hosni Mubarak, en febrero de 2011, Egipto padece un empeoramiento de su situación económica, en momentos en que su población expresa grandes expectativas, en materia de justicia social en particular.
El turismo, sector vital de la economía, se ha recuperada lentamente pero sin retornar a los niveles de antaño. Los inversionistas extranjeros dudan en acudir a Egipto, debido a las persistentes incertidumbres políticas.
El presidente Mursi, del movimiento Hermanos Musulmanes, nombró tras su elección a Qandil como jefe de gobierno, con el objetivo de que su prioridad fuera la recuperación económica y el retorno a la seguridad en el país.