* El odio sin límites
* La pasión desbordada
LA historia del África es dolorosa por cuenta de las guerras tribales y de las invasiones que han dejado millares de muertos y pueblos enteros en la servidumbre. Científicos chinos consideran que en tiempos muy antiguos se originó allí la vida humana, por lo que los ancestros de todas las razas tienen su origen en esa región del planeta. Según esas teorías antropológicas y científicas, los seres primitivos pasaron de allí a otros continentes. Los diferentes hábitat, climas, la diversificación de los alimentos y el influjo del oxígeno influyeron para que, en el curso del tiempo, fuesen adquiriendo pigmentación distinta. Frente a esas teorías hay otros que aducen que algunos grupos humanos tienen origen distinto. Tal es el caso de los arios, quienes sostienen que son descendientes de tribus que habitaron donde queda hoy Irán. Incluso, entre algunas de las tribus milenarias que habitaron lo que es hoy parte del territorio de Bolivia y Perú, no faltan antropólogos que sostienen que de esa región partieron algunos seres primitivos que pasaron al Asia, contra la tesis de que por el estrecho de Bering cruzaron los asiáticos que después se establecieron en estas regiones, dando origen a diversas tribus ancestrales. Por tratarse de temas tan complejos en los cuales se interpretan rocas y huellas milenarias, no se ha conseguido aclarar del todo la procedencia del hombre en la tierra. Si bien existen teorías de tipo mitológico religioso, como la de Adán y Eva y el Paraíso.
Una de las dificultades mayores que han encontrado los investigadores de esos tiempos remotos y las distintas culturas que acuden a estudios sobre las leyendas más antiguas para descifrar el pasado, se encuentran en el libro de Frazen, La Rama Dorada, en donde pareciera que en esa mitología de los aborígenes se habla de seres que por las características de su atuendo semejarían extraterrestres. Lo cierto es que en el territorio de lo que es hoy Colombia, por la zona de San Agustín, existen imponentes monumentos de piedra y restos arqueológicos muy sugestivos, que erigieron y pertenecieron a tribus desaparecidas antes del descubrimiento de América, de las cuales nada sabían otras tribus que estaban establecidas en la zona cuando llegaron los exploradores españoles. Lo que llama vivamente la atención a los investigadores es la influencia del medio sobre el hombre y cómo en unos casos contribuye a estimular la creatividad y el avance de quienes agudizan su mente para sobrevivir, en tanto, que, en circunstancias similares o en otros climas, el estímulo no se produce con la fuerza debida y las sociedades tienden a estancarse. El estancamiento de unos y el desafío de conocer y dominar la naturaleza para ponerla al servicio del hombre se constituyen en factor decisivo para el avance de la civilización. Si bien, es de tener en cuenta que muchas tribus ancestrales supérstites, por razones religiosas, culturales y hábitos, prefieren mantenerse en su estilo de vida. Incluso se dan casos de involución, en los cuales intentan rescatar la historia oral y los viejos cultos.
En la República Centroafricana, por razones que estudian los investigadores, cobra fuerza -en medio de la guerra- el canibalismo. Se sabe también, por famosos investigadores, que en algunas etapas de la evolución esa feroz tendencia aflora en diversas culturas primitivas, instinto depredador que lo superan en la medida que evoluciona y no necesitan de la fuerza ritual que imaginaban les daría deglutir los restos de otros guerreros vencidos en la lucha. En estos momentos, la República Centroafricana vive una guerra pavorosa, en la cual los odios y la barbarie se juntan. Profesionales y periodistas extranjeros que la han visitado se han encontrado un horripilante espectáculo: “cientos de cuerpos a lo largo de las carreteras”. Son los muertos provocados por la guerra, amarrados y con los miembros desgarrados por los colmillos de los caníbales del bando contrario. En unos casos se trata de musulmanes y en otros de cristianos. En ambos bandos se repiten los casos de canibalismo.
En el mundo de hoy, de cuando en cuando aflora una especie de instinto caníbal que en política pretende devorar al adversario o, dado el caso, eliminarlo. ¿Cuándo será que la humanidad superará los bajos instintos y consigue que prevalezca la civilidad y el respeto por la vida humana y sus creencias?.