El grupo radical islamista Boko Haram es uno de los más peligrosos del mundo. Ha tenido en jaque a Nigeria. Una de sus más recientes ominosas acciones fue el rapto de 300 niñas. Esta organización ha amenazado con venderlas si no liberan a integrantes de la secta que están presos en cárceles. Este hecho ha provocado la indignación mundial. Diferentes países como Francia, Gran Bretaña, Estados Unidos se han solidarizado con la causa de las niñas nigerianas plagiadas y prestan ayuda logística para hallarlas. No han realizado acciones directas las fuerzas extranjeras para liberarlas por temor a que sus captores la asesinen. Es una agrupación que además ejecuta atentados terroristas, en sitios públicos atestados de gente en los que han perecido decenas de civiles, destruye iglesias, escuelas y siembra el terror en ciudades, aldeas rurales y pueblos.
Nigeria es el país más poblado del continente africano con 170 millones de habitantes, la segunda economía del África subsahariana y el sexto país exportador de petróleo del mundo. Como contraste, más de las dos terceras partes de su población viven en la pobreza absoluta; la mitad de los niños menores de cinco años en el norte del país sufren de desnutrición, por lo que son más vulnerables a contraer virus como el de la poliomielitis. Es uno de los tres países, junto con Pakistán y Afganistán, donde la polio sigue siendo endémica, de manera que están en riesgo 32 millones de niños. Instituciones extranjeras propician una campaña contra la enfermedad e instan a la vacunación para evitar que los pequeños contraigan el mal. Y es aquí donde también la actividad violenta de la secta Boko Haram se hace sentir. Libran una guerra contra la inmunización de los niños. Se oponen a que sean vacunados. Esto ha provocado que no se logre erradicar la enfermedad. Los milicianos atacan los centros donde se aplica el antídoto contra el virus y asesinan a los vacunadores.
La comunidad internacional no debe ceder en su empeño de neutralizar a la red que está causando tanto daño. En coordinación con el gobierno de Nigeria deben realizar acciones que pongan fuera de circulación a esta organización criminal retrógrada que se opone a la educación de las mujeres, en especial a la que tiene similitudes con la occidental. Es inconcebible que una nación tan grande y con inmensos recursos permita que un grupo violento se enseñoree del país. El gobierno nigeriano debiera liderar la cruzada con la asesoría de expertos en lucha antiterrorista internacionales contra el grupo radical que incide en el atraso de la población y pone en peligro la vida de 32 millones de niños. Ante el desafío de Boko Haram debiera darse una respuesta firme de los países occidentales poderosos. Tienen que dejar a un lado temores y actuar en defensa de la libertad de quienes están soportando la opresión de organizaciones extreminstas, fanáticas y violentas.
El gobierno local de Kano, capital del Estado con el mismo nombre y tercera ciudad del país, ha tomado medidas para prevenir posibles ataques durante la campaña de vacunación que afecta a 4 millones de niños. En la cruzada de marzo de este año, otros tres trabajadores en el Estado de Borno, cuna de Boko Haram, fueron secuestrados y uno de ellos asesinado. Aun así, el compromiso de los trabajadores de la salud es muy fuerte y a pesar del riesgo que supone llevar a cabo las campañas de erradicación, no dudan en continuar con el trabajo.
Margaret Chan, directora general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), declaró la polio como emergencia de salud pública de importancia internacional y ha pedido una acción conjunta de todos los Estados miembros, ante el temor de su propagación.