La captura en Venezuela de uno de los cabecillas de las organizaciones criminales que se han opuesto a sangre y fuego a los programas de restitución de tierras a desplazados por la violencia paramilitar en Colombia, pone de presente, una vez más, que ha sido acertada la estrategia del gobierno Santos en relación con Caracas.

No hay que olvidar que con la detención de aliasCodazzi, ya suman más de una decena los cabecillas de carteles, bandas criminales y otras organizaciones delictivas que han sido capturados por las autoridades del vecino país y deportados a Colombia en poco tiempo para responder ante la justicia local. Y esas operaciones en no pocas ocasiones se han realizado con la colaboración y en coordinación con la Policía, Fuerzas Militares y organismos de seguridad colombianos.

Obviamente no se pueden esconder las denuncias de varios sectores en nuestro país en torno de que no ocurre lo mismo con los cabecillas de la guerrilla que estarían escondidos en Venezuela. Es evidente que en este campo no se ha actuado con la diligencia que se esperaría, pero lo cierto es que en medio de una relación de confrontación política y diplomática permanente entre Bogotá y Caracas hubiera sido muy difícil asestarles los golpes que en el vecino país se les han dado a los capos de las Bacrim y los carteles del narcotráfico.

Aún quedan muchos ámbitos en donde las relaciones binacionales deben mejorar sustancialmente, nadie lo desconoce. Pero siempre es mejor avanzar un poco, que quedarse estancados. El presidente venezolano Nicolás Maduro vendrá en los próximos días a Bogotá y es seguro que allí tanto él como el mandatario Juan Manuel Santos pedirán a las comisiones temáticas binacionales un informe sobre cómo evoluciona el proceso de integración en temas clave como economía, seguridad fronteriza y colaboración judicial.