La llegada al país del virus chikunguña se había advertido y las consecuencias han sido serias. Quizá no despertó mayor preocupación dado que se consideraba menos agresivo que otras dolencias. En cuestiones de salud la prevención es clave para evitar afectaciones mayores.
En regiones de menos de mil metros bajo el nivel del mar, la incidencia es más notoria que en las áreas frías del altiplano, ya que en las tropicales cálidas abunda el mosquito transmisor. Así que en zonas de clima caliente como Girardot y otras, entre éstas las costeras, también en Cúcuta, se multiplicaron los casos de contagiados de chikunguña. Entonces se comprobó que no es tan inofensiva como algunos aseveraban. Se trata de una enfermedad de cuidado, incapacitante, y que puede dejar secuelas por varios años, incluso permanentes, como artritis y otras afecciones.
Los noticieros de televisión que cubrieron zonas masivamente afectadas, en la Costa Norte, en Norte de Santander, en Cundinamarca y otros departamentos mostraron los efectos debilitantes del mal, que sigue propagándose. A los viajeros en estos días de Semana Santa se les hicieron prevenciones para en lo posible no ser contagiados, y la estrategia y medidas de precaución orientarlas hacia el mosquito. Necesarios los repelentes. Con la picadura del insecto éste inocula el virus. Desde ese momento se requieren medicamentos precisos. Los cuidados son indispensables. Lo primero es actuar cuando aparecen síntomas y acudir al médico para el tratamiento adecuado. No recurrir a la automedicación, como hacen muchas personas. Se confunde en ocasiones con la gripe común, y no es así, el virus del chikunguña requiere atención y fármacos diferentes. Aunque se ha ido disipando el interés y la difusión, la emergencia se mantiene y no se debe descuidar el combate al insecto que sigue extendiendo el mal. Las fumigaciones y limpieza de áreas infestadas de moscos son importantes en las tareas de prevención. Aguas estancadas o en recipientes al aire libre facilitan la generación de mosquitos. No debe darse tregua en el control de esta enfermedad que se extiende con rapidez y genera trastornos graves de salud y lucro cesante para empresas y trabajadores porque debilita e incapacita a quienes la adquieren.