Una Bogotá más ágil | El Nuevo Siglo
Jueves, 5 de Julio de 2012

* Positivo debut de nuevo Pico y Placa

** Acelerar plan de movilidad integral

 

Los primeros dos días del nuevo sistema de rotación de la restricción de tráfico vehicular en la capital del país, más conocida como Pico y Placa, han dado resultados positivos. Los estudios técnicos revelados por la Secretaría de Movilidad sobrevolumen de automotores en las calles, sus velocidades promedio y los tiempos de recorrido indican que la modalidad debutante, basada en los últimos números par o impar de las placas de los automotores particulares, permite un tránsito por calles y avenidas más ágil.

Lo más llamativo es que sin tener que entrar a analizar los porcentajes y tecnicismos que encierran estas mediciones sobre tráfico en los principales corredores viales, la percepción de la opinión pública, es decir, tanto de conductores, pasajeros y de la ciudadanía en general, fue igualmente optimista.

Sin duda se trata de un respiro de alivio para la ciudad y un punto a favor de la Administración Distrital, pues era mucha la prevención y preocupación que existía frente a cómo resultaría esta modificación del Pico y Placa, que entró a regir casi de forma paralela a la activación de dos estaciones de la Troncal de Transmilenio por la Avenida 26 y el arranque en un sector de la capital del llamado Sistema Integrado de Transporte Público (SITP).

Obviamente sólo con el pasar de los días se conocerá de una manera más precisa la eficacia del nuevo sistema de restricción vehicular, sobre todo cuando entren, en la segunda quincena de julio, en plena actividad las escuelas, colegios e instituciones de educación superior. Sin embargo, los mismos estudios técnicos evidencian que este impacto no sería mayor dado que, frente al anterior sistema de Pico y Placa, ahora hay más de 100 mil vehículos adicionales parados durante las “horas pico”, lo que se traduce en una disminución importante del parque automotor en movimiento durante el lapso en que funciona la prohibición, que ya no es de 14 horas al día sino de siete, distribuidas en mañana y tarde.

Es obvio que los trancones no desaparecerán automáticamente. Incluso en las principales metrópolis del mundo, en donde coexisten metros, tranvías, buses, busetas, colectivos, taxis, vehículos particulares y otras modalidades de transporte alternativo, es normal que en determinadas horas del día se presenten congestiones.

No obstante parece lógico esperar que una vez las troncales de buses articulados por la 26 y la carrera Décima entren en pleno funcionamiento -en septiembre próximo- y el SITP se vaya extendiendo progresivamente en la ciudad -para alcanzar un 100 por ciento en diciembre de 2013-, la movilidad vial mejore de manera sustancial en Bogotá. Asimismo esta semana se oficializa la entrega por parte de la Nación al Distrito de los corredores férreos en la ciudad, lo que se considera la cuota inicial del llamado “metro ligero”, que debe salir a licitación en el primer semestre de 2013. Y en cuanto al “metro pesado” está abierta la licitación para los estudios técnicos. Igual, Cundinamarca avanza en lo relativo a la estructuración del proyecto de “tren de cercanías”.

Como se ve, dentro del complejo plan de movilidad todavía falta mucho por recorrer. Pero a corto plazo hay asuntos urgentes de resolver como la unificación de la tarjeta para usar el sistema o finiquitar el cronograma de chatarrización para desmontar la restricción a buses, colectivos y busetas. También debe reforzarse la campaña de pedagogía ciudadana para que asimile las nuevas reglas del juego rápidamente.

Lo importante, como se dijo, es que los resultados se empiezan a ver y son positivos. Es claro que hablar del desmonte definitivo del Pico y Placa depende de poner a funcionar la integralidad del sistema e incluso de definir las medidas para controlar y disminuir tráfico en las zonas de la ciudad más congestionadas. Por ahora, es un respiro que Bogotá sea y se movilice de una manera más ágil.