Las versiones que circularon en algunos medios de comunicación en torno a que en el Cauca se estarían presentando presuntas alianzas entre algunos sectores del Ejército Nacional y facciones de las llamadas reincidencias de las Farc o de la ‘Nueva Marquetalia’ con el fin de combatir a los frentes de las disidencias, al mando de alias ‘Iván Mordisco’, son extremadamente graves.
Por lo mismo, fue más que oportuno y pertinente el comunicado emitido por el comando de la Tercera División del Ejército, que tiene bajo su control y mando el Comando Conjunto Número 2 Suroccidente, así como el pronunciamiento del propio comandante del Ejército, general Luis Emilio Cardozo. En ambas instancias se desmintieron esas versiones en toda la línea, señalando claramente que la Fuerza Pública no hace alianzas ni componendas con ningún actor criminal y que la orden es combatirlos a todo con igual eficiencia y decisión.
De hecho, tanto el comando de la Tercera Brigada como la jefatura del Ejército fueron claros en advertir que, si la ciudadanía tiene información sobre una presunta actuación ilegal de algún uniformado, lo procedente es que eleve la respectiva denuncia ante las autoridades y estas investigarán con toda la diligencia y se castigarán con la máxima drasticidad del caso si se comprueba anomalías.
“El Ejército Nacional reafirma su compromiso con la ética, la transparencia y legitimidad de las actuaciones de todos sus miembros; por ello, bajo su política de honestidad y transparencia, se compromete a denunciar ante las autoridades judiciales y administrativas competentes cualquier presunto hecho de connivencia o complicidad con grupos armados organizados”, advirtió el Ejército.
Ya en épocas pasadas fue claro que hubo alianzas siniestras entre algunas facciones militares y policiales con grupos paramilitares, lo que claramente significó una traición grave al deber y honor de la Fuerza Pública.
De igual manera, no en pocas ocasiones hemos advertido en estas páginas que aberraciones como los mal llamados ‘falsos positivos’ también han sido de las más bárbaras desviaciones de la misionalidad de las FF. MM., razón por la cual todos los hombres de armas, desde los altos mandos hasta el rango más bajo dentro de la estructura, deben entender que incurrir en delitos no tiene excusa alguna y, por lo tanto, el castigo judicial y penal debe ser el más alto posible.
Así las cosas, es evidente que en estos momentos no se puede permitir la más mínima salida de línea de la Fuerza Pública. Sería una involución grave y ruinosa, pero sobre todo un insulto a miles y miles de hombres y mujeres que día tras día arriesgan todo por proteger la vida, honra y bienes de los colombianos.