Un pendiente antidroga | El Nuevo Siglo
Jueves, 26 de Agosto de 2021

Unificación de métodos para medir narcocultivos

* Evitar contradicción de informes de ONU y EU

 

Son muy positivas las cifras de la lucha contra el narcotráfico en Colombia en este 2021. Al cierre del octavo mes de año tanto la extensión de cultivos ilegales erradicada como la cantidad de droga incautada es sustancial. Debe reconocerse una mayor eficiencia de la Fuerza Pública, unida a los ajustes en la estrategia antidroga, sobre todo por la ofensiva de las autoridades en los principales enclaves zonales de este delito.

En medio de las restricciones impuestas por la pandemia, es claro que no ha sido fácil incrementar el accionar de las autoridades contra los distintos eslabones del narcotráfico. No se puede desconocer que tanto las disidencias como las reincidencias de las Farc así como la guerrilla del Eln, las bandas criminales de alto espectro (‘Clan del Golfo’, ‘Caparros’ y otras) y los carteles puros de narcotráfico siguen imbuidos en un cruento pulso por el dominio de los principales corredores de drogas, insumos y armas en todo el país. Prueba de ello es la racha de asesinatos de líderes sociales, comunitarios y de derechos humanos así como de desmovilizados. El mismo móvil delincuencial está tras la seguidilla de masacres, desplazamiento forzado de población, homicidios y otros fenómenos violentos en zonas rurales y semiurbanas. La crisis de orden público y seguridad en la frontera con Venezuela, en donde incluso se perpetró un atentado contra el Presidente de la República, tiene el mismo telón de fondo, ya que se deriva de la lucha de factores ilegales por el negocio del narcotráfico en el Catatumbo.

Si bien a comienzos del año el Gobierno se mostró confiado en que antes de cerrar el primer semestre ya tendría vía libre para poder reiniciar las fumigaciones aéreas con glifosato sobre los narcocultivos, faltando cuatro meses para que termine este año el proceso de licenciamiento y autorización final por parte del Consejo Nacional de Estupefacientes sigue sin concretarse. De hecho, algunas voces señalan que se ve muy difícil que la administración Duque, a la que le resta menos de un año para culminar, pueda hacer uso efectivo de esta herramienta, que es considerada como de las más eficaces para acabar con los sembradíos de hoja de coca, marihuana y amapola.

Pero no es el único gran pendiente en el flanco de la lucha antidroga. No se ha vuelto a tener noticia de la instancia de análisis y coordinación que hace dos meses anunció la Casa de Nariño con el fin de revisar y unificar con las autoridades de Estados Unidos las metodologías de medición de la extensión de los cultivos ilegales en Colombia.

Como se recuerda, la necesidad de homologar esas mediciones se hizo imperativa después de la contradicción que se registró en el primer semestre entre los informes al respecto de la ONU y Estados Unidos. De un lado, el reporte anual del Sistema Integrado de Monitoreo de Cultivos Ilícitos (Simci) señaló que el año pasado los sembradíos ilegales se redujeron en un 7 por ciento, pasando de 154 mil hectáreas en 2019 a 143 mil el año pasado. Pero, de otra parte, el reporte proyectado por la Oficina de Política Nacional de Control de Drogas de la Casa Blanca indicó que al cierre de 2020 la extensión de los narcocultivos en nuestro país era de 245 mil  hectáreas, 33 mil más que en 2019.

¿Qué ha pasado con esa instancia de revisión y unificación de criterios antidroga? Hasta el momento la Cancillería ni el Ministerio de Defensa o la embajada de Colombia en Washington (en donde se acaba de operar un relevo del titular) han informado de su instalación. Es evidente que se trata de un asunto de primera importancia que debe agilizarse, más aún porque ya solo faltan cuatro meses para que termine este año y comiencen luego las respectivas mediciones de la ONU y la Casa Blanca sobre el resultado de la erradicación de los cocales en nuestra nación. Urge evitar que se repita una contradicción de cifras como la registrada este 2021, ya que ello le resta credibilidad al esfuerzo decidido, valiente y costoso que hace la Fuerza Pública para combatir este flagelo.

En ese orden de ideas, sería muy conveniente que la referida instancia de revisión y unificación de metodologías de medición de la extensión de narcocultivos en Colombia se instale y logre un acuerdo lo más pronto posible. Es, como se dijo, un asunto de primera importancia en el marco de la lucha trasnacional contra las drogas ilícitas.