*Paz, economía y urnas, los retos
*Una agenda apretada para 2015
Ya parece un lugar común que siempre se diga en los primeros días de todo enero que el año que comienza será el de los grandes retos para Colombia. Sin embargo, este 2015 será, sin lugar a dudas, uno de los lapsos más definitivos para el país en sus últimos tiempos, pues de la forma en que se resuelvan las coyunturas que están sobre la mesa dependerá mucho del futuro a corto y mediano plazos para los más de 45 millones de habitantes de nuestro territorio.
En primer lugar, es claro que el proceso de paz tendrá este año la que bien puede considerarse como la instancia más definitiva después de 26 meses de negociación. Se espera que la Mesa pueda superar hacia febrero el punto 5 de la Agenda, referido a las víctimas, y comience a discutir el más complejo de todos: el fin del conflicto. Allí tendrán que abordarse temas tan difíciles como las gabelas y garantías políticas, jurídicas, económicas, sociales e institucionales que se darían a la guerrilla a cambio de desarmarse y reinsertarse a la vida civil. Todo ello en medio de la expectativa diaria por el cumplimiento del inédito cese el fuego unilateral e indefinido declarado por las Farc y con el ojo puesto en lo que pueda pasar con los acercamientos preliminares con el Eln. Se entiende, en consecuencia, por qué el 2015 es el año clave para saber si este proceso, sin duda el que más lejos ha llegado, será el que defina el sendero para que Colombia pueda abocar de una vez por todas el fin definitivo del conflicto interno.
No de menor calibre será el reto electoral que les espera a los colombianos en octubre próximo, cuando tendrán que escogerse alcaldes, gobernadores, concejales, diputados y ediles. Pareciera claro desde ahora que, al igual que pasó el año pasado con las contiendas proselitistas por el Congreso y la Casa de Nariño, las campañas estarán cruzadas por el tema del proceso de paz. Sin embargo, dado el carácter regional y local de las elecciones, hay otro sinnúmero de asuntos más cercanos e inmediatos que la ciudadanía deberá sopesar para elegir a sus mandatarios y cuerpos colegiados. No sólo habrá un nuevo mapa político que buscará consolidarse en la balanza de poder departamental y municipal, sino que los partidos y movimientos políticos tendrán que aplicarse a nuevas reglas y controles en materia de avales y financiación destinados a hacer más transparente el ejercicio democrático.
En el Congreso también asoman desafíos de gran importancia, puesto que no sólo deben terminarse de tramitar iniciativas del alcance de la reforma al equilibrio de poderes y el ajuste al fuero penal militar, sino que llegarán proyectos relacionados con el régimen pensional y tributario, las CAR, el Código Minero, el restablecimiento de las horas extras y recargos nocturnos, modificaciones al mecanismo de consulta previa, así como el Plan Nacional de Desarrollo, entre muchos otros. De nuevo se reeditará el pulso político, pero ahora con un fondo electoral aún más marcado dada la cercanía de la cita en las urnas, entre el santismo y el uribismo. Y eso que todavía no se puede adelantar si el Parlamento tendrá este año que medírsele a la aprobación de un mecanismo de refrendación popular de los eventuales acuerdos de paz con las guerrillas.
En el flanco económico, sin duda, el arranque del 2015 es de gran expectativa, pues las previsiones internacionales advierten sobre riesgos de desaceleramiento global, en tanto que todavía es incierto lo que pueda pasar con la caída en los precios del petróleo, el consecuente rumbo del dólar y la forma en que las finanzas del país amortigüen el impacto de esos fenómenos cruzados. Para Colombia, igualmente, será de especial importancia el desarrollo de la crisis económica y política en países como Venezuela, en donde el panorama se complica día tras día.
Para el Gobierno, tras los ajustes propios para arrancar el segundo mandato y la normal reformulación de algunas metas y énfasis, este 2015 será clave en materia de resultados y visibilidad de la gestión. Son altas las apuestas en materia de educación, vivienda, infraestructura, inversión social y reparación a víctimas de la violencia, entre muchas otras, así como frente al manejo de contingencias anunciadas como la del fenómeno climático de El Niño.
Como se ve, 2015 arranca con una agenda muy apretada y en todos los sectores hay retos y expectativas de amplio calibre. Lo importante es asumirlas con optimismo, tesón y ganas de avanzar y mejorar.