* Se superaron índices prepandemia
* Un potencial que debe fortalecerse
La industria del turismo en Colombia recuperó e incluso superó ya los índices que traía antes de que comenzara la pandemia de covid-19 a comienzos de 2020. La prueba más evidente de ello fue lo que pasó en la recién terminada Semana Santa, cuando las cifras sobre movilización de pasajeros por vía aérea y terrestre así como las de ocupación hotelera tuvieron un dinamismo muy positivo.
El reporte del ministerio de Comercio, Industria y Turismo es contundente al respecto: las aerolíneas prestaron servicio a 1,5 millones de pasajeros, lo que significa 300 mil más que en la misma temporada de 2019. Esta es una comparación objetiva, ya que en la Semana Mayor de 2020 rigió una cuarentena estricta y en la de 2021 también se aplicaron restricciones en los principales destinos, alojamientos y medios de transporte.
En cuanto a la tasa de ocupación en hoteles, aparta-hoteles, centros vacacionales, alojamiento rural, hostales y zonas de camping de 12 regiones del país también se reportó una cifra récord, confirmando así la tendencia de febrero cuando ese indicador fue de 50,3%, superior al del mismo periodo de 2019.
Otros datos claves: las reservas desde otros países para viajar a Colombia en Semana Santa llegaron casi a 40 mil, muy similar a las de tres años atrás. En cuanto al comportamiento transaccional del sector turístico, entre el 10 y 17 de abril pasados se presentó un crecimiento de más del 40% frente al año pasado. Las aerolíneas tuvieron un aumento de su facturación de casi el 375% frente a 2021. El incremento en las agencias de viaje fue superior al 124%, los restaurantes registraron un crecimiento mayor al 100% y los hoteles más del 80% en esta Semana Santa.
A lo anterior se suma que, según la cartera de Transporte, durante la temporada vacacional reciente se movilizaron 9,6 millones de vehículos a nivel nacional, con un aumento del 17% frente al año pasado. Hay que destacar, por igual, que las fatalidades en siniestros viales disminuyeron en un 25%.
Gobernadores y alcaldes de muchas regiones del país reportaron, igualmente, una afluencia de turistas y viajeros muy alta. Aunque todavía es muy pronto para conocer las cifras del comercio -tanto físico como electrónico- en esta Semana Mayor, todo da a entender que también se avanzó de manera sustancial, incluso por encima de los rubros prepandemia.
Tal como se evidenció en el desempeño sectorial del Producto Interno Bruto del año pasado, que llegó a un histórico 10,8%, el turismo así como las actividades relacionadas con restaurantes, ocio, cultura y entretenimiento fueron una de las más dinámicas. Para este 2022 las esperanzas en la llamada “industria sin chimeneas” van más allá. Incluso, el Gobierno considera que luego de lo ocurrido en esta Semana Santa el PIB de alojamiento y servicios de comida para el segundo trimestre alcanzará los 11,7 billones de pesos, lo que significaría un crecimiento de 46,3 % en comparación con el mismo periodo de 2021. Incluso, hay que recordar que este rubro entre abril y junio de 2019 fue de 8 billones de pesos.
Tampoco se conoce cuál fue el aumento del empleo sectorial, pero es claro que subió de los 1,4 millones de personas que, con corte a febrero, estaban incorporadas a este tipo de actividades, confirmando que es un renglón laboral que cada día crece más en creación o reactivación de plazas. No hay que olvidar que el turismo, por obvias razones y en todos los eslabones de la industria, fue de los más golpeados por la crisis pandémica y sus coletazos económicos y sociales.
Visto todo lo anterior, resulta imperativo que los candidatos a la Presidencia de la República pongan sobre la mesa cuáles son sus propuestas para no solo mantener esta tendencia positiva, sino acrecentarla de forma sólida y sostenida. No en pocas ocasiones hemos advertido desde estas páginas que el turismo colombiano, llamado por no pocos expertos como el “nuevo petróleo”, tiene un gran potencial que permanece sin dimensionar ni explotar eficientemente, bajo cánones rentables y sostenibles desde el punto de vista ambiental.
Hay infinidad de destinos, atractivos y modalidades de descanso y viaje que deben ser estructurados de forma moderna y en cadena profesional. Urge una mayor formalización en todos los eslabones así como una capacitación más puntual y certera de quienes derivan su sustento diario de este filón productivo. Quienes aspiran a la Casa de Nariño tienen la palabra en cuanto a qué plantean para que una actividad que sube rápidamente en el escalafón de generación de divisas y valor agregado económico y social, se acerque a los estándares de las naciones cuya principal fuente de ingreso es la industria turística.