* Caen exportaciones alemanas
* Los indicadores económicos empeoran
Pese a los diversos ajustes, recortes presupuestales, esfuerzos de toda índole, la contracción de la economía europea va en aumento. Según la oficina comunitaria de estadística, Eurostat: “la actividad económica en la zona euro experimentó en el último trimestre de 2012 una contracción del 0,6% respecto a los tres meses anteriores, cuando había bajado un 0,1%, lo que supone encadenar tres trimestres consecutivos con caídas del Producto Interior Bruto (PIB)”. Seis de los países de la Unión Europea, (España, Italia, Chipre, Países Bajos, Portugal y Finlandia, lo mismo que Grecia y Eslovenia, que no han entregado sus datos, siendo su mala situación conocida por todos. Entre tanto, Luxemburgo, el paraíso financiero, nuestra una fuerte contracción de la actividad en el tercer trimestre, lo que parece se extenderá al cuarto semestre. Las caídas más notables se registran en Portugal (-1,8%), Italia (-0,9%) y España (-0,7%).
Las expectativas por mejorar la economía regional se diluyen por cuenta de la caída de las exportaciones, cuando han entrado en vigencia varios TLC con distintos países. La caída del PIB, contra los supuestos oficiales sobre un mejor comportamiento de la economía, tiende a dar al traste con los gobiernos que como el italiano de Monti, consideraron que la práctica de la ortodoxia en el manejo de la economía daría positivos resultados. En las actuales circunstancias la situación de las masas en su país empeora, a tal punto que Berlusconi, después de los escándalos en cadena, remonta en las encuestas, mientras Monti se rezaga sin mayores posibilidades de triunfo. Y la situación de los más fuertes de la UE es precaria. Según dicho informe, en el año 2012 la zona euro registró una contracción de medio punto porcentual, frente a la expansión del 1,5% en el ejercicio 2011. La locomotora alemana muestra una cierta fatiga con la caída moderada del PIB en el último trimestre, pero sigue siendo poderosísima y sus exportaciones se mantienen, dada la buena calidad de sus productos, puesto que en tiempos de crisis en otros países se sacrifica la calidad para bajar los precios y vender más barato. El PIB de Alemania, como rezan las cifras de la oficina de estadística de esa nación, que hasta el momento había conseguido crecer pese a las enormes sumas que ha debido desembolsar para aliviar las aulagas financieras de terceros países, aún en medio de una zona euro en recesión, se contrajo un 0,6%, con los peores resultados desde el 2009, cuando era más severa la crisis financiera. Lo tiene a prueba los nervios de la alta finanza en Berlín, es que al no reaccionar la economía mundial, esta vez las exportaciones se resienten: "En el último trimestre de 2012, la exportación de bienes ha retrocedido significativamente más que la importación", advierten las autoridades, posiblemente con una caída leve del 0,5%. Francia, a la que Francois Hollande prometía aplicar medidas salvadoras se encuentra al borde del precipicio, la salida de los grandes capitales y la renuncia de los más ricos a seguir pagando impuestos extorsivos, ha sido fatal. La imagen del gobernante cae en las encuestas, es un hecho que no tenía ninguna fórmula salvadora, fuera de sus alocuciones y promesas de campaña y, en la práctica, de apelar al aumento de los impuestos. Un país con una de las cargas impositivas más altas del mundo exaspera a los empresarios. Sin enfrentar el mal en el interior, puesto que el contribuyente debe aportar para sostener una burocracia enquistada en el poder, que es contraria al cambio y se obsesiona en mantener sus privilegios. Ese socialismo de Estado en tiempos de crisis se vuelve antipático a los ojos de la población y se constituye en un peso muerto para el Tesoro Público, que, incluso, afecta a la Universidad pública, que se anquilosa, así siga teniendo las mejores inteligencias y notables eruditos a su disposición. Ya el Gobierno francés, que se había comprometido con Alemania y el Banco Europeo solemnemente, en rebajar el déficit, con los malos datos a la mano, declara públicamente que no podrá cumplir esos objetivos de ajuste para este año, así como reconoció que se había dejado llevar en el pasado por un optimismo exagerado. Las políticas del Banco Central Europeo son severamente cuestionadas, principalmente en países como Italia y España, para no mencionar a Grecia, en donde cumplen a rajatabla sus condiciones para recibir fondos, puesto que para algunos por esa vía se ahonda la crisis. El Banco Europeo insiste en no flexibilizar sus políticas para salvar el euro. Y los analistas económicos señalan que por esa vía apenas se consiguió paliar temporalmente la crisis en las economías más sólidas, pero la bola de nieve de la deuda parece desbordar los afanes por rebajar el déficit.