El caso del avión comercial de Malaysia Airlines desaparecido sigue en las primeras planas de los medios del mundo. Hace cinco días que la aeronave con 227 pasajeros y 12 tripulantes perdió contacto con la torre de control. Partió el sábado de Kuala Lumpur con destino final Beijing.
La tardanza en localizarlo ha dado lugar a dudas sobre lo que le pudo ocurrir a la aeronave. Varias hipótesis, entre éstas no se descartan secuestro, explosión o un accidente. Cierta inquietud en las autoridades el hecho de que hubieran abordado dos pasajeros iraníes con pasaportes robados, que daría para considerar eventualidad de un acto terrorista. No obstante la indagación de uno de los dos viajeros confirmó que se trata de un joven de 19 que pretende vivir en Alemania.
Se ha desplegado una operación sin precedentes con 39 aviones que buscan por tierra y mar el aparato.
Hay ciertas coincidencias con el del Airbus A330 de Air France que cayó al mar cuando realizaba un vuelo entre Rio de Janeiro y París, en 2009. Hubo mucha demora en ubicarlo. Dos años después de la tragedia se hallan los restos de la nave. Sin embargo, las diferencias son notorias respecto al avión de Malasia. Volaba en zona tranquila, contrario al de Air France que soportaba turbulencia. Tal vez la similitud notoria es el número de pasajeros: 228 y 12 tripulantes en el francés. En seguridad el Boeing 777-200 es altamente fiable, con gran número de dispositivos y reducido índice de accidentes.
Hay deferencias respecto de que el avión de Malaysia Airlines no envió mensajes automáticos que suele recibir el sistema de revisión de datos después de desaparecer de los radares, según han informado dos fuentes cercanas al caso. El Boeing 777-200ER está equipado con un ordenador de mantenimiento capaz de contactar tierra de forma automática a través de mensajes cortos conocidos como Acars. Estos mensajes se utilizan para intercambiar información por radio entre los aviones y los controladores de tráfico aéreo, así como para proporcionar automáticamente la información sobre cada fase de vuelo.
Los dos aviones eran para un vuelo comercial, pero en el caso del de Malasia, la desaparición del aparato se produjo al principio del viaje.
Las aguas por las que vuela durante el trayecto el avión de las aerolíneas de Malasia son poco profundas o menos.
Ahora están concentrados técnicos, pilotos e investigadores de varios países en la búsqueda y con toda la tecnología de hoy extraña que no se haya avistado la aeronave o descubierto lo que le sucedió. Esto se está convirtiendo en un hecho novelesco. No obstante los capítulos diarios no aportan nada y la gente sigue a la expectativa. Hoy la técnica es muy avanzada y es de esperar que pronto cese la ansiedad, en especial de los familiares de los pasajeros y logran hallar el avión. Las imágenes de DigitalGlobe podría ser vitales por su calidad. Ven objetos tan pequeños como un plato, pero se requiere trabajo manual intenso para rastrear los 1.235 kilómetros cuadrados en los que se cree que podría estar el avión.