Las estadísticas del Ministerio de Defensa señalan que entre enero y junio de este año se denunció el robo de 5.610 automotores en todo el país, con una leve disminución frente a lo ocurrido en el primer semestre del año pasado.
En ese universo de vehículos hurtados están desde automóviles, camionetas y furgones hasta camiones e incluso tractomulas.
Si se analiza la evolución de esta modalidad delincuencial se encuentra que poco a poco ha ido en aumento del hurto de camionetas. Día tras día se denuncia que bandas especializadas en esta clase de robos son contratadas para hacerse con estos vehículos, sobre todo si son de doble tracción, platón o de alta gama e incluso con blindaje. Semana tras semana aumenta el número de personas heridas o incluso asesinadas por los ladrones al momento del ilícito.
En mayo pasado un informe publicado por este Diario señalaba que en los últimos cuarenta meses un total de 8.496 camionetas de alta gama habían sido robadas y solo se pudieron recuperar un poco más de 3.400.
Las investigaciones de las autoridades señalan que muchos de estos vehículos son desarmados para venderse en el mercado negro de autopartes, otros son enviados de forma subrepticia al extranjero (Venezuela o Ecuador, por ejemplo) o terminan, como es la tendencia marcada ahora, en manos de grupos residuales de las Farc, la guerrilla del Eln y bandas criminales de alto espectro como el ‘Clan del Golfo’ o el ‘Tren de Aragua’.
De hecho, lo que se ha detectado es que estas facciones están ‘encargando’ gran número de camionetas que son robadas en Bogotá, Cali, Medellín y otras capitales y ciudades intermedias. Una vez los delincuentes se apoderan de los automotores los llevan a zonas rurales de distintos departamentos en donde los ‘venden’ a los ilegales o los intercambian por drogas.
No pocos alcaldes y autoridades de municipios de departamentos con alta presencia de grupos ilegales han denunciado el aumento del tránsito de camionetas, la mayoría sin placa o con matrículas alteradas, que son usadas para transportar personal armado, arsenales, estupefacientes, heridos, secuestrados… Comunidades de departamentos del suroccidente del país, así como de los Llanos Orientales y el suroriente denuncian que cabecillas de las disidencias y reincidencias de las Farc se movilizan en camionetas blindadas, con vidrios polarizados, sin placas. Llegan en esta clase de vehículos a las reuniones en donde han sido ‘citados’ campesinos, hacendados y habitantes de distintas zonas con el fin de imponerles ‘vacunas’ o ‘reglas de conducta’…