* Este año ese delito ha crecido 70%
* Urge fortalecer a los grupos Gaula
Si bien es cierto que el secuestro del padre del futbolista del Liverpool y de la Selección Colombia, Luis Díaz, es un hecho grave, lamentablemente no es un caso aislado. Por el contrario, las cifras de este delito han venido aumentando en los últimos dos años.
De hecho, las estadísticas del propio Ministerio de Defensa señalan que entre enero y septiembre de 2023 se presentaron 241 plagios, un 70% más que el año pasado. La mayoría de las víctimas fueron objeto de secuestro extorsivo, es decir que los delincuentes exigieron pago de rescate económico para liberarlos.
Las mismas cifras oficiales dan cuenta de 60 personas que lograron ser rescatadas por las autoridades, mientras que 131 fueron liberadas, 16 alcanzaron a fugarse, seis murieron en cautiverio y diecinueve más continuaban privados ilegalmente de su libertad, a septiembre.
No en pocas ocasiones hemos señalado en estas columnas que la situación de inseguridad y desorden público en el resto del país se ha complicado de forma grave en los últimos meses. Es claro que detrás de ese aumento de los plagios están tanto los grupos armados ilegales como la delincuencia común y organizada.
El incremento del secuestro tiene vasos comunicantes directos con otro delito, que también aumentó de forma sustancial en los últimos dos años: la extorsión. Las estadísticas del Ministerio de Defensa señalan que en los primeros nueve meses de 2023 se registraron más de 7.600 casos, lo que implica un 18% más que los denunciados en igual lapso del año pasado. La situación es mucho más crítica si se tiene en cuenta que muchas personas que son víctimas de este flagelo prefieren no informar a las autoridades por temor a sufrir retaliaciones por parte de los criminales.
No hay que olvidar que las investigaciones de las autoridades han evidenciado que en algunos casos los secuestros se perpetran debido a que las víctimas de extorsión no cedieron a las exigencias delincuenciales.
Es imperativo que se establezca por qué no se ha podido contener el aumento de los secuestros. Preocupa de forma sustancial que desde algunos sectores de militares y policías retirados se esté alertando que una de las causas sería el debilitamiento en el último año de la operatividad de los grupos especializados contra el secuestro y la extorsión.
A su turno, varios congresistas y analistas de conflicto señalan que debe indagarse hasta qué punto las restricciones operativas para la Fuerza Pública por la implementación de la política de “paz total”, especialmente los cese el fuego que están en vigencia con facciones como el Eln y el ‘Estado Mayor Central’ de las Farc, están dejando un margen de acción a los secuestradores.
Frente a ello no deja de llamar la atención que en el marco de los consejos de seguridad que viene encabezando, departamento por departamento, el Ministerio de Defensa, así como la cúpula militar y policial, una de las conclusiones más reiteradas sea la necesidad de reforzar la estrategia contra el secuestro y la extorsión.
Por ejemplo, en las últimas semanas se anunció la creación de cuatro Grupos de Acción Unificada por la Libertad Personal (Gaula) para que se activen en el Magdalena Medio y el Caribe. Según el Ministerio de Defensa se focalizan así las zonas de mayor riesgo donde las Fuerzas Militares y la Policía aunarán esfuerzos para enfrentar esa problemática.
De hecho, volvió a sesionar la mesa de Coordinación Nacional Antisecuestro (Conase), que no se convocaba desde 2020, pese a que este delito ha venido incrementándose en los últimos años. En dicha instancia se diseñó, por parte de los ministerios de Justicia, Interior y Defensa, así como con la Fiscalía y las Fuerzas Militares y de Policía, un nuevo marco operativo para hacer frente al pico de plagios y extorsión.
Visto todo lo anterior, queda claro que es urgente que se redoblen todos los esfuerzos para contener estos dos delitos. Ello no solo implica fortalecer a los Gaula militares y policiales en todo el país, sino también aumentar la capacidad de inteligencia de las autoridades para poder detectar y desmantelar todas las estructuras criminales que están detrás de esta grave situación. Igualmente, se requiere que la ciudadanía colabore con la denuncia oportuna, ya que sin ella es muy difícil aumentar la eficacia contra estos delincuentes.
En otras palabras, se requiere una nueva cruzada nacional contra el secuestro y la extorsión.