Se aprendió la lección | El Nuevo Siglo
Domingo, 5 de Julio de 2020
  • Buen balance del segundo “Día sin IVA”
  • Un ejemplo de cómo convivir con el virus

 

La segunda jornada nacional del “Día sin IVA” resultó una experiencia positiva para los comerciantes, los compradores y, sobre todo, para evidenciar que los colombianos pueden aplicar de manera consciente y natural la disciplina social, más aun en momentos en que acatar los protocolos de bioseguridad y precaución sanitaria resulta imperativo para frenar el riesgo de contagio de Covid-19. No hay que olvidar que la curva epidemiológica se encuentra en su fase más crítica.

A diferencia del caos y las situaciones de riesgo que se registraron en la primera jornada, el pasado 19 de junio, este viernes no hubo aglomeraciones en los comercios y si bien una cantidad significativa de personas salió a las calles a aprovechar los descuentos y rebajas, la nota predominante fue el cumplimiento de las normas de distanciamiento social y de prevención sanitaria. En las filas se notó orden y consciencia individual y colectivas, poniendo así de presente que los colombianos están aprendiendo a convivir con una enfermedad viral que se mantendrá por varios meses, por lo menos hasta que se encuentre una vacuna efectiva y esta pueda ser administrada a la mayoría de la población. Sin duda una lección aprendida trascendental en medio de esta inédita coyuntura.

Fue clave, a todas luces, el haber determinado que la adquisición de electrodomésticos, computadores, teléfonos celulares y otros elementos de tecnología solo podía hacerse a través de las plataformas electrónicas y no de manera presencial. Esta medida descongestionó de forma significativa el flujo de clientes el viernes pasado, tal como lo confirmaron los reportes a lo largo y ancho del país.

Las cifras preliminares del comercio, tanto del presencial como el electrónico, dieron cuenta de un monto récord en materia de ventas, lo que sin duda constituye un empujón importante al proceso de reactivación de la economía en momentos en que incentivar el consumo en los hogares es absolutamente necesario. De igual manera, en medio del crecimiento del desempleo esta clase de jornadas constituye un salvavidas para muchos negocios que están haciendo todo lo posible para generar ingresos y así mantener o reenganchar a sus trabajadores.

También fue notorio que los grandes negocios y almacenes deben mejorar la capacidad de respuesta de sus plataformas de comercio electrónico ya que, una vez más, varias de ellas colapsaron ante el alud de compradores. Si bien es claro que se trata de experiencias nuevas en nuestro país, en algunos casos la cola de turnos virtuales era de varios miles de usuarios y los tiempos de espera muy largos. Es necesario entender que de cara al distanciamiento social que marcará el día a día de la sociedad en los próximos meses, la adquisición de productos, bienes y servicios a través de la red irá aumentando de forma exponencial y el mercado debe saber responder a ese nuevo y masivo tipo de demanda.

Obviamente todavía quedan más circunstancias por mejorar. Por ejemplo, se requiere una mayor bancarización y digitalización en los comercios medianos y pequeños, con el fin de reducir al mínimo los contactos físicos, las transacciones de dinero en efectivo y otro tipo de situaciones que pueden derivar en niveles de riesgo de contagio. También sería conveniente que se encuentren mecanismos e incentivos para que en este tipo de jornadas haya un mayor consumo de productos de origen nacional, ya que son precisamente estas empresas las que requieren apoyo más tangible en estos momentos, un paso clave en la recuperación del empleo, tanto formal como informal.

La próxima jornada de “Día sin IVA” se llevará a cabo el 19 de julio y es obvio que para la misma ya hay muchas lecciones aprendidas. Lo importante es que no se retroceda un centímetro en la disciplina social y en la aplicación de los protocolos de bioseguridad. Más aún porque para esa fecha, según lo advertido por la Organización Panamericana de la Salud, Colombia podría estar en el pico de la pandemia. Habrá, pues, que extremar las medidas de precaución sanitaria.

Está claro que el proceso de aprendizaje ha sido rápido y se han corregido de forma eficiente los errores cometidos. El objetivo es seguir mejorando, sobre todo porque distintos países están analizando este tipo de experimentos comerciales y de reactivación económica, con el fin de replicarlos.

Por último, pero no menos importante, la jornada del viernes pasado tuvo en esta ocasión una lectura muy positiva a nivel externo, distinto a lo que ocurrió con la primera, cuando la improvisación y el desorden nos pusieron en una situación riesgosa y hasta vergonzante. Afortunadamente se corrigió a tiempo y ahora pasó todo lo contrario.