No es fácil el camino que le espera a la Selección Colombia en la fase de grupos de la Copa Mundo de Brasil, pero hoy más que nunca la posibilidad de avanzar a la siguiente ronda, es real.
Para cimentar esas ilusiones de toda una nación de ver a su representativo patrio poniendo el nombre del país en alto, se requiere del apoyo no solo de los aficionados que llegaron a Belo Horizonte, sino de absolutamente todos los colombianos, amantes o no del fútbol.
El técnico José Pekerman logró armar un equipo competitivo, muy unido y consciente de su responsabilidad ante una nación que lleva 16 años a la espera de celebrar un triunfo en la máxima cita del balompié orbital.
La primera gran prueba de fuego para los de Pekerman es hoy a partir de las 11 de la mañana ante un rival complicado como es Grecia. Se supone que Colombia debe ganar y por eso es necesario acompañar al equipo, rodearlo, enviarle la mayor energía posible y apoyarlo durante los 90 minutos. No hay que olvidar que un triunfo en el partido de debut en un torneo de esta índole es un golpe anímico y que genera mucha tranquilidad frente a los duelos venideros y ante rivales que, sobre el papel, son mucho más peligrosos que Grecia, como son Costa de Marfil y Japón.
En la cancha, los 11 elegidos por Pekerman, es apenas obvio, tendrán que hacer lo suyo y no es otra cosa que jugar bien, brindar espectáculo, adueñarse del balón y, ante todo, tener mucha paciencia para descifrar la estrategia de un adversario que si algo sabe, es enredar, amontonar gente atrás y apostar a un error del contrario para ganar por la mínima diferencia.
El onceno europeo no es muy dado a ganar por marcadores amplios, por el contrario, siempre termina apretado, es sumamente peligroso y eso lo sabe el cuerpo técnico nacional y por lo mismo, la afición colombiana no debe desesperarse si el resultado no es abultado.
Es más, ni siquiera hay que inquietarse si transcurren los minutos y el gol no llega porque ante un contrario como Grecia, hay que trabajar demasiado el resultado. La calma será un factor determinante y mucho tendrá que ver el talento de James Rodríguez o el atrevimiento de Juan Fernando Cuadrado o Víctor Ibarbo, para romper ese cerco que se supone montará el técnico portugués Dos Santos, al servicio de Grecia.
Mucha fuerza positiva para apoyar a una Selección que después de 16 años de ausencia de un mundial se dio el lujo de ser segunda, detrás de Argentina, con la valla menos vencida y con un ataque efectivo, aunque esta instancia mundialista ya es a otro precio, lo que se hizo queda en la historia y es necesario empezar a escribir otra página que, de seguro, será dorada para el fútbol colombiano.
Ánimo. Hay material humano y un técnico con experiencia en mundiales y que ha sabido llevar al grupo de jugadores y mantenerles la moral en alto en todo momento.
Se lamenta, todavía, la ausencia del goleador Falcao García, del volante Edwin Valencia y el defensa Luis Amaranto Perea, pero ellos, al igual que los 40 millones de colombianos que gustan del fútbol, también estarán haciendo fuerza, aportando su optimismo para que quienes fueron sus compañeros de brega en la eliminatoria, cumplan con la primera tarea y que no es otra que ganar, ganar bien sea por 1-0 o por un marcador más amplio. Lo que se necesita es sumar los tres puntos, nada más.