Algunos lectores nos han llamado por el interés que ha suscitado en ellos la mención de las distintas propuestas conservadoras que gravitan en la política colombiana, así no se traten todos los días pero que tienen el sello de esa tendencia política. Lo conservador es esencial para defender el estilo de vida de la sociedad colombiana que es de esa estirpe, lo mismo que las instituciones democráticas. En la Constitución de 1991 Álvaro Gómez, junto con otros dirigentes conservadores y liberales, defendió la propuesta de crear una Fiscalía General que fuese capaz de combatir el crimen organizado. En esos momentos la sociedad estaba conmocionada, jueces, magistrados y funcionarios judiciales de toda clase, y policías o militares, eran asesinados por las bandas criminales. Al punto que Pablo Escobar había ofrecido recompensas en metálico a quienes quitaran la vida a uniformados en Medellín. Esa dolorosa quiebra de la justicia acorralada por los antisociales a quienes debía perseguir y juzgar, fue determinante para que la idea de crear la Fiscalía prosperara y fuese aprobada. Siendo Álvaro Gómez uno de los más conocedores de la realidad colombiana y del carácter de nuestra población, se cuidó de que la Fiscalía no fuese una copia al calco de la entidad existente en los Estados Unidos. Por tanto no implementó el sistema penal acusatorio verbal, dado que conocía que nuestras gentes y la delincuencia común son proclives a dar testimonios en falso, modificarlos bajo presión o conveniencia. Mientras que los anglosajones en ese sentido, por su cultura, tienden a ser más responsables.
Así que la Fiscalía es un logro conservador, con el apoyo de otros partidos, y desde luego hoy es un aporte que pertenece a la Nación. Lo mismo puede decirse de la filosofía que ha imperado en instituciones como el Seguro Social propuesto un su momento en el Congreso por Mariano Ospina Pérez, quien tenía una gran pasión por resolver los asuntos sociales y favorecer a los trabajadores. Entre las revoluciones silenciosas más efectivas que hemos tenido en el país se cuenta la de calzar a la población trabajadora, que poco a poco se extendió a los campos. Esa fue otra de las decisiones históricas de Ospina, dentro de la filosofía conservadora del desarrollo, así como la creación de la Caja de Crédito Agrario, Industrial y Minero, que ha sido una de las entidades que más favoreció el progreso en el país, mediante el sistema de préstamos a los pequeños, medianos y grandes productores. La otra obsesión de Ospina fue llevar la electricidad a las diversas aldeas y pueblos de Colombia, que sin este servicio vivían como en la edad de piedra. También fue impulsor de notables proyectos como la creación de las Empresas Públicas de Medellín que sigue siendo unas de las entidades más fuertes del país. Y requeriría un capítulo aparte mencionar su aporte extraordinario a la creación de la Federación Nacional de Cafeteros de Colombia, que se convirtió en el motor de la economía por varias décadas. Todos esos son aportes conservadores a la vida social de nuestra nación. Otro capítulo merecería el Icetex que ha favorecido a tantos profesionales inteligentes que culminaron sus estudios en el exterior con ese apoyo.
Se destaca Laureano Gómez, quien en su breve gobierno crea el Departamento Estadístico, fomenta varias obras de infraestructura, vivienda social y planifica la construcción del Aeropuerto Eldorado que después terminaría otro gobierno. Por sobre todas las cosas se le reconoce la creación de la empresa más importante y el músculo productivo en materia petrolera del país: Ecopetrol. Ese esfuerzo por explotar nuestros propios recursos y avanzar en la petroquímica era esencial en materia del desarrollo económico, así como para incentivar la confianza en nuestros propios profesionales y capacidad productiva. Otro estímulo en ese sentido lo constituyó la construcción de la refinería de Cartagena. Lo mismo que se avanzó en política urbana para intentar asimilar y mejorar la calidad de vida de las gentes del campo que se venían a instalar en las ciudades. Apenas mencionamos unos pocos de los aportes trascendentales para el progreso del país. Es de resaltar que el presidente Guillermo León Valencia acometió con coraje y altivez la empresa de reducir a los violentos entrenados por el comandante Fidel Castro en Cuba para incendiar a Colombia y destruir la democracia. Así como tuvo la visión de estimular zonas libres en el país para las exportaciones con notables facilidades que nos hicieron más competitivos. Una de las etapas de mayor crecimiento en la historia de Colombia fue la de Misael Pastrana Borrero, quien construyó más viviendas populares que varios de sus antecesores y sucesores. Otro capital que pertenece al conservatismo es el aporte de Andrés Pastrana en su visión diplomática con Estados Unidos que consiguió el apoyo de demócratas y republicanos para el Plan Colombia, que ha permitido combatir con éxito la insurrección armada. Lo mismo que un esfuerzo denodado en el que se jugó todo su prestigio para alcanzar la paz, que apenas tiene comparación con el proceso que viene haciendo el presidente Juan Manuel Santos con el mismo objetivo.