- Argentina, Uruguay y Bolivia a las urnas
- Sigue pulso entre izquierda y centroderecha
Octubre apunta a ser un mes clave para el panorama geopolítico de Latinoamérica, especialmente en la parte sur del continente en donde estamos a pocas semanas de tres elecciones presidenciales que podrían modificar el mapa de poder y de prevalencia ideológica en toda la región. Según lo describió de manera detallada uno de los análisis centrales de nuestra edición dominical, las contiendas proselitistas en Argentina, Uruguay y Bolivia han sido bastante intensas y los escenarios mostrados por las últimas encuestas dan a entender que la recta final será muy competida y podría cambiar los pronósticos que hoy se tienen.
Sin duda alguna el caso más importante tiene que ver con Argentina en donde, el próximo 27 de octubre se llevará a cabo la primera vuelta de los comicios, teniendo como principales protagonistas al presidente-candidato Mauricio Macri y a la exmandataria Cristina Fernández, quien es la fórmula vicepresidencial del exministro kirchnerista Alberto Fernández. Se trata, sin duda, de la reedición del pulso político e ideológico que se dio hace cuatro años entre la centroderecha y la izquierda peronista, fuertemente influenciada por la corriente chavista. En 2015 el país viró de forma decidida ante la evidencia del fracaso de un modelo político y económico de tinte abiertamente populista que no hizo más que dejar a la otrora potencia económica gaucha en la quiebra fiscal, el default crediticio y una profunda crisis social en una población rápidamente empobrecida e inconforme a más no poder.
Si bien es cierto que Macri se aplicó decididamente a un plan de reactivación nacional en todos los aspectos, la dimensión de la crítica herencia fue de tal magnitud que sus drásticas recetas económicas no han dado los resultados esperados, al menos en el corto plazo, pese a que recibió una inyección de recursos por más de 56 mil millones de dólares por parte del FMI. La profunda dificultad para enrutar de nuevo a Argentina por la senda de la recuperación socioeconómica es la que explica, precisamente, por qué la candidatura de izquierda viene encabezando en las encuestas, aunque el Candidato-Presidente, que desde este fin de semana intensifica su campaña, empezó ya a recortarle terreno y podría forzar a una segunda vuelta, en donde sus posibilidades de seguir en el cargo aumentarían en la medida que sumaría apoyos de otros sectores enemigos del kirchnerismo, que hoy está en alerta por los procesos penales contra la exmandataria, sindicada en varios casos de corrupción.
Uruguay también deberá ir a las urnas el próximo mes. Si bien es cierto que el Frente Amplio, que es una coalición de partidos socialdemócratas, quiere continuar en el poder y presenta a Daniel Martínez como posible sucesor del mandatario Tabaré Vásquez, las encuestas evidencian que éste no la tiene nada fácil frente a su principal rival, Luis Lacalle, hijo de un expresidente y quien lleva las banderas del Partido Nacional, ubicado en la centroderecha. Si bien el aspirante gobiernista encabeza los sondeos su ventaja es muy corta y todo hace indicar que habrá necesidad de un balotaje, en donde el escenario político podría variar de forma sustancial.
No menos complejo es el panorama electoral en Bolivia en donde Evo Morales busca un cuarto mandato, contradiciendo incluso el referendo que le impedía postularse. Luego de 13 años en el poder, el dirigente de origen indígena y que matriculó a su país también en el eje del llamado “Socialismo del siglo XXI”, patrocinado por los petrodólares chavistas años atrás y hoy claramente desgastado en todo el continente, se enfrenta a la que podría ser su primera derrota en las urnas. Carlos Mesa, que gobernó a los bolivianos al comienzo de este siglo, ha ido ganando terreno en las encuestas y en el amplio deseo de cambio que evidencia la mayoría de la opinión pública. Incluso los sondeos, fuertemente descalificados por el gobernante de turno, muestran que es muy posible una segunda vuelta y que allí las posibilidades de Morales para mantenerse en el poder disminuirían de forma tangible.
Como se ve, octubre podría cambiar el mapa geopolítico suramericano que en los últimos años ha constatado el avance de los gobierno de centro y de derecha, sobre todo en Brasil, Chile y Ecuador, en donde antes la izquierda chavista campeó a sus anchas. Sin embargo en Argentina podría pasar lo contrario si el kirchnerismo logra imponerse a un esforzado Macri. Habrá que esperar el resultado en las urnas para ver qué tan grande es el remezón y cuáles sus consecuencias en la balanza de poder del continente.