- Urge disminuir golpe de pandemia a empleo
- Se requiere debate ágil, realista y propositivo
El impacto de la pandemia del Covid-19 en el empleo es muy alto. Sin embargo resulta tempranero avizorar cuál será el escenario del mercado laboral a corto y medio plazos, ya que la emergencia sanitaria apenas está por entrar en su etapa más crítica y no hay claridad sobre cuántas empresas podrán efectivamente sobrevivir a esta difícil coyuntura sin tener que sacrificar una gran cantidad de plazas. De igual manera, no se tiene todavía un panorama certero sobre cuál es la dimensión de la afectación en el empleo informal, ya que se trata de una masa de trabajadores muy variable que, incluso, labora en distintas actividades estacionales a lo largo del año, varias de las cuales han sido eclipsadas ya por el confinamiento de casi tres meses.
Es sabido que el Gobierno ha implementado en el lapso un programa de alivios y beneficios de amplio espectro para proteger el empleo. Con ese fin dispuso, por un lado, de millonarios créditos para las empresas de distinto tamaño, aplazamientos tributarios, flexibilidad en las cotizaciones de seguridad social así como en el pago de primas y la autorización para enviar personal a vacaciones y licencias remuneradas o no remuneradas. De la misma forma se autorizó un mecanismo de subsidio a la nómina de todos los trabajadores formales así como de financiación parcial de la prima de medio año para empleados que devenguen hasta un millón de pesos. A todo lo anterior hay que sumarle un componente amplio de entrega de mercados, subsidios y otro tipo de beneficios económicos y en especie para las familias de menores recursos, integradas en gran parte por trabajadores que devengan bajos sueldos o laboran en la informalidad. No menos importante han sido los mecanismos de protección al cesante, las medidas para flexibilizar las jornadas laborales, un aumento sustancial de subsidios al desempleo, la autorización amplia para el teletrabajo e incluso la conversión transitoria del auxilio de transporte por uno de conectividad digital…
La inversión en todo este plan de contingencia laboral en medio de la emergencia sanitaria es billonaria y es claro que, en algunos casos y programas específicos, será necesario mantener vigentes las medidas hasta después de que pase la fase crítica de la pandemia. Como lo hemos reiterado en estas páginas, si bien es cierto que desde mayo pasado se han venido flexibilizando las medidas de cuarentena y ampliando el rango de actividades productivas reactivadas de forma gradual, una parte importante de la población todavía se mantiene en casa, incluyendo a millones de personas que laboran en rubros que, por el momento, se mantienen congelados, como el turismo o la industria del entrenamiento y de eventos masivos.
Visto todo lo anterior, queda en evidencia que la crisis en materia laboral se mantiene, incluso más allá de los datos que refleja el DANE en sus informes sobre desempleo mensual. Por ejemplo, si bien es cierto en abril el panorama fue bastante dramático, es apenas obvio que a partir de mayo se mostrará mejoría dado el proceso gradual de reactivación de la economía. De hecho, ya se anunció que se empezará a contabilizar de forma más precisa la cantidad de personas que laboran en aplicaciones digitales y en los servicios domiciliarios, los mismos que han tenido un pico alto de productividad durante el confinamiento y que es muy posible continúen con la misma intensidad dadas las medidas de distanciamiento social que deben aplicarse por largos meses mientras desaparece el riesgo sanitario por completo.
Como es apenas natural desde muchos sectores del país se está urgiendo una reforma laboral que facilite la reactivación productiva de las empresas sin que se afecte de forma sustancial el empleo. Por ejemplo, el gremio de los comerciantes volvió a poner sobre la mesa la posibilidad de estudiar la remuneración por hora-labor. De igual manera ya en el Congreso avanza un proyecto para regulación más ágil y práctica del teletrabajo. Los sindicatos también han pedido activar la Mesa de Concertación Laboral y de Políticas Salariales para avanzar el estudio de una modificación a la normatividad sectorial… Todo ello bajo el entendido de que el país se enfrenta a una crisis económica sin antecedentes en donde Estado, empleadores y trabajadores deberán poner de su parte para salir adelante.
En ese orden de ideas, es imperativo que una reforma laboral tendrá que aplicarse, así sea en modo parcial, en el corto plazo. Para que sea viable y efectiva se requiere mentalidad abierta y capacidad propositiva de todos los sectores. No es momento para posturas inamovibles o doctrinarias. La gravedad de la crisis exige audacia y determinación en las medidas. Un debate interminable a lo único que llevará es a que se sigan perdiendo más plazas de trabajo y el impacto socioeconómico sea mayor.