Recta final en Venezuela | El Nuevo Siglo
Lunes, 3 de Septiembre de 2012

La  recta final de la campaña presidencial en Venezuela comienza con una realidad que meses atrás no se veía muy probable. La distancia que en las encuestas el presidente-candidato Hugo Chávez mantenía sobre el aspirante de la oposición, Henrique Capriles, se ha ido acortando de manera lenta pero sostenida, al punto que algunos sondeos ya lo ubican a escasos puntos del mandatario e incluso otros lo ponen empatado o ligeramente por encima de este último.

 

De allí que lo que pase en estas últimas cuatro semanas largas que faltan para el día de la cita en las urnas será determinante. Aunque en las toldas de la campaña de Capriles se reitera a cada tanto que van rumbo a la victoria y que las encuestas que le dan la ventaja a Chávez son financiadas por sectores o medios afines al mismo, lo cierto es que la principal evidencia de que el Gobierno en trance de reelección sí está preocupado por el fortalecimiento del rival se ha dado por boca del propio Presidente-candidato, quien ha llamado a sus huestes a no caer en tempraneros triunfalismos y apuntarle a los diez millones de votos, lo que le daría, en teoría, un aplastante 70 por ciento del potencial de sufragios.

 

Según los analistas políticos locales, es evidente que a estas alturas de la puja proselitista ya ambas campañas han sacado lo mejor de sus arsenales programáticos y discursivos para ganar el favor de los venezolanos. Está claro que las constantes polémicas entre ambos bandos respecto a la fuente de los recursos de financiación de cada una, ya están quedando en un segundo plano; igual ocurre con los cruces de acusaciones en torno de los apoyos externos que cada candidato tiene; hasta las dudas sobre la imparcialidad del Consejo Nacional Electoral y una presunta manipulación del censo y los resultados en las urnas han perdido espacio; no tuvo mayor eco tampoco la forma en que Gobierno y oposición quisieron capitalizar a su favor la medalla olímpica, ni el visible intento de politización que de lado y lado hubo respecto de la tragedia en la refinería de Amuay… Es más, aunque en Bogotá esté encendido el debate acerca de qué tanto favorecería o no a Chávez el arranque de diálogos de paz entre el gobierno Santos y las Farc, lo cierto es que en nivel interno venezolano y, sobre todo, en el clima proselitista local el impacto de la noticia ha sido muy limitado y apenas episódico…

 

En realidad, poco a poco los venezolanos esquivan ese caldeado ambiente de pugilato diario y comienzan a evaluar de una forma más seria y objetiva cuál es la opción que mejor conviene a un país que ha sido dominado en la última década por el chavismo. La maquinaria propagandística gubernamental y la exposición mediática de Capriles, así como las giras de los candidatos y el enfoque cada vez más visible en temas regionales y locales, del día a día de las personas, permitió que poco a poco hasta en el último de los rincones de la vecina nación haya una conciencia mayor, frente a anteriores comicios por el predominio en el Palacio de Miraflores, sobre lo que está en juego.

 

¿Qué puede pasar? Vislumbrar una hipótesis sobre el dictamen de las urnas es muy arriesgado. La situación es voluble, y prueba de ello es que al cerrar el primer trimestre de este año se especulaba sobre un debilitado y ausente Chávez que estaba en la fase terminal de su afección cancerígena, al tiempo que mantenía una ventaja en las encuestas superior a los 25 puntos… En el arranque del segundo semestre, el Presidente-candidato se muestra fuerte y beligerante en la plaza pública, pero aun así Capriles, a quien meses atrás le auguraban una derrota fulminante, le recortó en los sondeos semana tras semana y hoy le pisa los talones o, como se dijo, ya está por arriba algunas décimas porcentuales. 

 

Sólo en la noche del 7 de octubre habrá un dictamen cierto. El simulacro electoral ayer marcó, como en las carreras de autos, el banderazo para la última vuelta y los dos competidores se mantienen cabeza a cabeza. Todo haría prever un triunfo muy cerrado, el dilema está en que el escenario hoy no permite señalar claramente de quién… Gajes y ventajas de la democracia.