Reactivación y Agenda gremial   | El Nuevo Siglo
Domingo, 15 de Noviembre de 2020

* Una propuesta sólida que Gobierno debe ponderar

* Complementariedad de sectores público y privado

 

La hoja de ruta para la reactivación económica de Colombia luego del duro impacto de la pandemia es, sin duda alguna, uno de los propósitos más importantes del país en estos momentos. La profundidad de la crisis está a la vista y se evidencia en un PIB que al segundo trimestre cayó más de un 15%, el desempleo ronda un porcentaje similar, hay números en rojo en la casi la totalidad de las empresas y un duro golpe a los ingresos de los trabajadores y sus familias que, incluso, amenaza con hacer retroceder el índice de calidad de vida en casi una década.

El Gobierno, a través del llamado “Compromiso por Colombia” le planteó al país, el pasado 20 de julio, durante la instalación del Congreso, una agenda inicial de reactivación destinada a movilizar más de 100 billones de pesos de inversión pública y privada así como a generar un millón de empleos. Luego se fue aumentando el monto de la apuesta poco a poco, sumando recursos nuevos de financiamiento oficial que se han ido comprometiendo a través de un plan gradual de endeudamiento del Estado, en tanto que otros presupuestos provendrían del propio dinamismo de una economía que desde septiembre pasado ya prendió motores en una gran proporción.

Obviamente esa propuesta inicial se ha ido adecuando a medida que los indicadores sectoriales productivos están mostrando, en algunos casos, una mayor velocidad de reactivación, en tanto a otros les está costando mucho más recuperar sus ritmos prepandemia. A ello se suma que la evolución de la curva epidemiológica del Covid-19 continúa siendo incierta, toda vez que las autoridades sanitarias están reportando un repunte de contagios en las semanas recientes y no se descarta la posibilidad de un segundo pico. Visto lo que está ocurriendo en Europa, en donde el rebrote obligó a nuevas cuarentenas y parálisis parciales del sector productivo, es claro que no solo en Colombia sino en otros países latinoamericanos todavía hay incertidumbre sobre la hoja de ruta de la reactivación y la sostenibilidad de la misma a corto y mediano plazos.

Frente a todo ello, lo que se requiere en estos momentos es, literalmente, pisar sobre seguro en la definición de esa estrategia. Y es allí, precisamente, en donde resulta de trascendental importancia la “Agenda Empresarial para la Reactivación, acciones para impulsar el crecimiento económico y la generación de empleo”, que fue presentada esta semana por el Consejo Gremial Nacional como máximo representante de los sectores productivos. Se trata de una propuesta integral y consolidada que reúne la experticia de no menos 29 gremios que encarnan gran parte del tejido empresarial y de la generación de empleo formal en el país. Una propuesta objetiva y ponderada que señala un plan para desarrollar un marco de acciones transversales, sectoriales, propuestas de política pública y proyectos de inversión que permitan reactivar el sector productivo, dinamizar la demanda y acelerar la ejecución de proyectos que impulsen el crecimiento económico y la generación de plazas de trabajo.

Una revisión del extenso documento que contiene la propuesta gremial permite establecer que muchas de las recomendaciones en cada uno de los ejes son requerimientos de reformas, énfasis en coordinación entre el sector público y privado, esquemas de apoyo progresivo a las empresas y de generación de empleo de calidad que se han puesto sobre el tapete en el pasado. En algunas no se ha avanzado y en otras falta mucho camino por recorrer.

Lo más importante de esta Agenda es que puede complementarse con la que ya planteó el Ejecutivo, los documentos Conpes, pactos y otros esquemas en aplicación. De igual manera tampoco choca ni limita las estrategias puntuales que cada nicho productivo está implementando para salir a flote. También resulta interesante que se trata de un compendio de acciones que se puede adecuar a las cambiantes coyunturas macro y microeconómicas, un elemento clave dado que, como ya se dijo, no se sabe cuál será el rumbo de la pandemia ni cómo seguirán evolucionando distintos rubros de productos, bienes y servicios.

Lo que procede ahora es que el Gobierno cite a su equipo ministerial y analice de forma detenida cada una de las propuestas contenidas en la Agenda del Consejo Gremial. Una vez se tenga un diagnóstico al respecto, debería convocarse alguna instancia en la que ambas partes revisen la viabilidad de las mismas y los pasos a seguir para implementarlas. Convendría, incluso, que para los casos en donde se requiera de la participación del Congreso u otras instancias de decisión, se permitiera su participación. Obviamente las centrales obreras y los centros de estudios económicos y la academia también deberían ser invitadas.

Como se indicó al comienzo, la hoja de ruta para la reactivación económica es hoy uno de los propósitos más importantes del país. Confeccionarla requiere del concurso público y privado. Es una tarea compleja que no se suplirá en un día y con estrategias de poco alcance y aisladas. Hay que apostar por la experticia, la audacia y, sobre todo, la complementación de esfuerzos.