Racismo negro y blanco | El Nuevo Siglo
Miércoles, 20 de Agosto de 2014

*Aumenta tensión en EE.UU.

*La sombra de Lincoln

 

El  presidente Abraham Lincoln estaba obsesionado en convertir a su país en una gran potencia, así que no obró por razones sentimentales al apostar a la abolición de la esclavitud, entendía que ese sistema atentaba contra la democracia. En el discurso de Gettysburg proclamó: “Hace ochenta y siete años, nuestros padres hicieron nacer en este continente una nueva nación concebida en la libertad y consagrada en el principio de que todas las personas son creadas iguales. Ahora estamos empeñados en una gran guerra civil que pone a prueba si esta nación, o cualquier nación así concebida y así consagrada, puede perdurar en el tiempo. Estamos reunidos en un gran campo de batalla de esa guerra. Hemos venido a consagrar una porción de ese campo como lugar de último descanso para aquellos que dieron aquí sus vidas para que esta nación pudiera vivir”. Para comprometer a los vencedores en la unidad nacional dentro de un esquema democrático que calificó como: “el gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo no desaparecerá de la Tierra”.

Lincoln, en esa breve alocución a su pueblo, inaugura la democracia con la inclusión de todos los actores, se proclamó la Emancipación de los esclavos y se aprobó la Decimotercera Enmienda en la Constitución en el año de 1865. Año fatal en el cual fue asesinado por activistas del Sur. Contrasta el discurso del gobernante sobre la libertad con la visión de otros estadounidenses del momento que estaban por apoderarse por su cuenta de los países vecinos, como ocurrió con los miembros de la logia la Estrella Dorada, que le habían echado el ojo a Nicaragua, país que invaden y en el que restablecen la ominosa esclavitud abolida por Lincoln en su país. William Walker era un culto terrateniente y esclavista, que ejercía la medicina y el derecho, junto con el periodismo, él había luchado en la guerra civil por el Sur. Walker combatía por  establecer un nuevo paraíso esclavista en Nicaragua, como los filibusteros y corsarios del pasado en el Caribe; alcanzó a gobernar como Presidente de facto por un año, no encontró apoyo externo y se granjeó el odio de los nativos.

Puede decirse que al salvar la unidad nacional, a partir de ese momento los Estados Unidos se vuelcan al desarrollo interno y entran a otear las posibilidades de expansión, de convertirse en potencia mundial, tal como lo concibe años más tarde el Almirante Mahan, que  plantea el Destino Manifiesto de los Estados Unidos y la modernización de la Flota de Guerra, que sería el arma predilecta para ejercer ese predominio de carácter global. Pese a que Lincoln, terminó siendo asesinado por sus enemigos irreductibles, los Estados del Sur que se fundamentaban en la mano de obra esclava, al resultar victoriosos los Estados del Norte, la aristocracia de la tierra perdió gran parte de su poder. Lo cierto es que no basta con ir a la guerra y abolir la esclavitud, había unos que sedientos de poder como Walker  pretendían esclavizar a otros, lo mismo que no faltaban algunos recién liberados que habían vivido atados al terruño y destino de sus amos, que se negaban a dejar las cadenas. La sumisión de unos y la arrogancia de otros, como la debilidad de las instituciones, el atraso cultural y falta de oportunidades para los negros, mantenían la segregación instintiva, las murallas visibles e invisibles de razas y la desigualdad crónica. Así, que en el siglo XX debió intervenir el presidente John F. Kennedy, para abolir la segregación social y abrir la educación a la negritud. Kennedy fue asesinado, pero dejó un legado de integración democrática. Al abrir las compuertas que impedían la entrada de la negritud en colegios y universidades de prestigio, individuos como Barack Obama, pudieron ingresar a las mejores universidades. Lo que facilita el auge político del primero y su consagración como Presidente.

Pese a esos avances humanitarios, las barreras raciales, sociales, mentales, culturales y de diversa índole, como los rencores heredados, siguen y se manifiestan de cuando en cuanto con brutal violencia. No siempre se trata de racismo blanco, también según los expertos existe un racismo negro. Esos racismos son los que se confrontan hoy en Ferguson, pequeña urbe de Misuri, donde la muerte de un joven por un policía ha despertado la protesta colectiva y suscitado la consiguiente represión policial. En la avenida principal de la ciudad, West Florissant Avenue, se dan fuertes choques entre policías y gentes que protestan, incluso los bandos han atacado a los periodistas que cubren el evento. Se teme que las protestas se extiendan a otras ciudades.