Muy preocupante el plan detectado por las autoridades para atentar contra el alcalde de Bucaramanga, Jaime Andrés Beltrán. Informaciones recabadas por la Fiscalía indicarían que presuntas bandas criminales que operan en la capital santandereana y sus alrededores estarían buscando atacar al mandatario e incluso a sus familiares.
De acuerdo a lo que ha trascendido, el plan implicaría no solo hacer un seguimiento al milímetro de las rutinas de desplazamiento, trabajo e incluso vida familiar y religiosa de Beltrán, sino que se habría tratado de infiltrar círculos cercanos al alcalde con el fin de recabar información sobre sus desplazamientos, seguridad y otros detalles para favorecer la acción criminal.
Por el momento, las medidas de seguridad alrededor del burgomaestre y su familia han sido reforzadas por las autoridades, en tanto que se continúan avanzando las investigaciones para identificar a la organización delincuencial que estaría planeando el atentado.
Las hipótesis apuntan a facciones de la guerrilla del Eln, el Epl, así como bandas criminales que manejan el negocio del microtráfico, la extorsión, el contrabando, hurtos y otros delitos de alto impacto en Bucaramanga. Como se sabe, desde su campaña electoral, Beltrán anunció que recuperar la seguridad y convivencia ciudadana sería su prioridad. Desde el primer día de su gestión puso en marcha una estrategia de choque en esa dirección, la misma que fue reforzando con el pasar de las semanas, en coordinación con las autoridades policiales, militares, judiciales y el Inpec. Es más, el Plan de Desarrollo que presentó al Concejo y le fue aprobado, tiene este tema como uno de sus ejes fundamentales.
Los cortes de cuentas realizados sobre los resultados de esta cruzada contra la delincuencia común y organizada en la capital de Santander muestran que se han asestado duros golpes a estas redes, con capturas masivas, erradicación de zonas de venta de drogas, recuperación de espacio público, multiplicación de patrullajes, más operativos con personal de inteligencia e incluso una estrategia para deportar a criminales reincidentes extranjeros y una mayor vigilancia y medidas de fondo para que desde los establecimientos carcelarios no se continúe extorsionando y ordenando otras actividades ilegales.
En ese orden de ideas, Beltrán no duda en que la planificación de un atentado en su contra es una especie de retaliación de esos enclaves delincuenciales. Es deber del Estado redoblar su esquema de seguridad y darle un mayor apoyo en su estrategia integral contra la criminalidad que tiene azotados a los bumangueses.